Licantropía clínica y vampirismo: Estas son las enfermedades que llevan nombre de los monstruos de Halloween
Aprende sobre las condiciones médicas reales que inspiraron estas leyendas de Halloween y cómo se tratan en la actualidad.
La llegada de Halloween nos trae las clásicas imágenes de hombres lobos y vampiros, criaturas que durante siglos han aterrorizado y fascinado a las personas. Sin embargo, lo que muchos desconocen es que de estos mitos surgieron condiciones médicas reales: la licantropía clínica y ciertos trastornos relacionados con el vampirismo.
Los términos "licantropía" y "vampirismo" se originaron porque las características más llamativas de estas condiciones recordaban a las criaturas mitológicas
Aunque estas enfermedades son poco comunes, sus síntomas y características pueden explicar por qué se crearon leyendas tan inquietantes alrededor de ellas.
Licantropía clínica: El trastorno de creer ser un animal
Originario del griego, la palabra licantropía designa la capacidad del ser humano para transformarse en un lobo. Su término se divide en dos palabras "lykos", que significa "lobo", y "anthropos" que es "hombre", y forman el concepto que ha aterrizado a clanes y pueblos en diferentes partes del mundo: el licántropo o el hombre lobo.
Sin embargo, este término es utilizado por la medicina para referirse a un trastorno mental en el que una persona cree ser un animal o cree estar transformándose en uno. Por ende, imita su comportamiento.
Los expertos han indicado en diferentes estudios que este síndrome clínico está asociado con otros trastornos psiquiátricos como la esquizofrenia, el trastorno bipolar de tipo mixto, la psicosis severa y la enfermedad maníaco-depresiva. A su vez, han encontrado casos donde personas han sufrido de "licantropía" después de experimentar con drogas psicomiméticas, o haberse intoxicados por alimentos o sustancias alucinógenas.
Todas las enfermedades que fueron catalogadas como vampirismo
Por otro lado, tenemos el mito del vampiro. En términos científicos el vampirismo se está relacionado con ciertas afecciones médicas, siendo la más conocida la porfiria, un trastorno genético que afecta la producción de hemoglobina en la sangre. Las personas que padecen esta enfermedad sufren una sensibilidad extrema a la luz solar y artificial, que puede provocar graves daños en la piel, creando ampollas, cicatrices y decoloración.
Esta apariencia enfermiza, junto con la necesidad de evitar el sol y no comer ajos y cebolla porque afectan a la coagulación, contribuyó en el pasado a la creencia de que estos pacientes podían ser vampiros.
Además, algunos casos de anemia severa fueron enfermedades malinterpretados como vampirismo. Hoy en día, estas condiciones se tratan con medicamentos y cuidados especializados, lo que permite a los pacientes llevar una vida relativamente normal.
Si bien hoy sabemos que estas condiciones médicas tienen explicaciones científicas y tratamientos efectivos, en la antigüedad tanto las enfermedades a la piel, el sistema inmune, la sangre y los trastornos mentales fueron malinterpretadas debido a la falta de conocimiento, alimentando mitos que aún hoy nos impactan.
Este Halloween, más allá del terror, es una oportunidad para reflexionar sobre la ciencia y la medicina que se esconden detrás de las leyendas.