La increíble babosa marina que parece un Pokémon
Parece un Pokémon, pero no lo es. Pero más allá de particular parecido, posee una características muy curiosas en su vida cotidiana.
No es un Pokémon, tampoco un personaje de Disney, menos un dibujo animado. Es una "oveja hoja", una babosa marina muy curiosa que tiene una apariencia única de parecer un animé. Su nombre científico es Costasiella Kuroshimae, y es definido como un molusco gasterópodo de poco más de 10 milímetros que causa sensación cada vez que se asoma a las redes sociales por parecer el tierno animal que frecuenta las granjas del mundo.
Su relación al mamífero es tal, que en inglés es llamado "Sea sheep" (Oveja de Mar en este idioma). Este animal fue descubierto en 1993, frente a la costa de Kuroshima, en Japón. Sin embargo, también ha sido vista en aguas de Filipinas e Indonesia.
Las sorprendentes características de esta babosa marina que parece Pokémon
Más allá de su curioso aspecto, lo que sorprende de este animal es la habilidad para sacar máximo partido de las algas de las que se alimentan en el fondo marino, con las que tienen una relación simbiótica muy particular.
Cuando los científicos descubrieron a esta criatura marina, se encontraron con una especie que realiza un proceso simbiótico definido como cleptoplastia. Antes de describir este proceso de alimentación, es importante reconocer que moluscos gasterópodos de la familia de los sacoglossos como la babosa marina que es similar a la ovejita de mar lo realizan.
Volviendo a la cleptoplastia, este proceso es definido como una fase de alimentación donde estas babosas, cuando ingieren algas, no digieren los cloroplastos. Los organúlos que tienen las algas y plantas que les permiten realizar la fotosíntesis, son "reservados" por estos animales en su interior, mientras siguen realizando su función.
Así, las babosas marinas no solo se alimentan de los nutrientes de las algas, además aprovechan los azúcares que desarrollan los cloroplastos que están en su organismo. Estos últimos es una alternativa fácil para crecer y reproducirse en un ecosistema que tiene pocos recursos.
Si bien, estas babosas no son muy beneficiosas para la fotosíntesis de las algas marinas, algunas especies pueden vivir durante meses alimentándose solo de la actividad de los cloroplastos, según consigna National Geographic.
Si bien, una de sus particularidades es su alimentación, también lo es su apariencia en cuanto a las protuberancias similares a "orejas" que posee en la cabeza. Estos son definidos por los científicos como rinóforos, que son unos sensores químicos que les permiten a las babosas marinas tener receptores gustativos.
Los pequeños filamentos, permiten a estos organismos examinar de manera específica los elementos químicos presentes en el agua en busca de alimento o de pareja. Esto último, han manifestado estudios, es algo que no es necesario, dado que son hermafroditas.
Estas ovejitas de mar tienen una muy rápida reproducción. Cuando comienza este proceso, puede llegar a poner entre 2.000 y 4.000 huevos, los que eclosionan al cabo de cuatro días, para dar lugar a larvas que en poco tiempo se convertirán en este particular animal que parece Pokémon.
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