La impactante teoría de la llegada de monos africanos a Sudamérica
Un estudio sugiere que monos africanos habrían llegado en balsas de vegetación arrastradas por el Océano Atlántico en un periodo de tormentas.
A través de balsas de vegetación. Sí, leyó bien. Los científicos han encontrado nuevas respuestas a la pregunta de cómo llegaron los monos a Sudamérica. Esto a raíz del descubrimiento de nuevos fósiles.
Los conocidos monos araña, capuchinos y titíes de nuestro continente son parte de un grupo separado a los de África y Asia. Según los especialistas, hay una teoría de que los antepasados de estos primates habrían cruzado el océano Atlántico en una balsa entre 40 y 32 millones de años.
Monos que cruzaron el Océano
Pero las nuevas respuestas arrojaron una nueva teoría. Un diente fósil descubierto en unas rocas de la Amazonia brasilera, que tiene 34 millones de años, no parece proceder de un mono sudamericano. Todo lo contrario, se asemeja a los dientes de los primeros monos llamados eosiimidos que fueron encontrados en el sur de Asia.
"Inmediatamente, cuando uno de mis colegas brasileños me mostró este diminuto diente emergente, mi corazón empezó a latir muy deprisa", afirma Laurent Marivaux, paleontólogo de la Universidad de Montpellier, Francia al medio especializado National Geographic.
Al parecer, Sudamérica albergaba una mayor cantidad de primates. Esto apunta a una época prehistórica donde las balsas de vegetación arracadas por intensas tormentas arrastraron a los antiguos monos a través del mar. Y no ocurrió una vez, sino dos veces a lo menos.
Estamos hablando de marinos prehistóricos que cruzaron el mundo producto de los embates climáticos. Y al parecer, los monos no eran los únicos que hicieron este viaje, los capibaras y otros roedores llamados histricognatos, también viajaron en balsa desde el continente africano a Sudamérica.
Ahora bien, la intriga es que parece una en un millón que estos animales pudieran sobrevivir a un viaje intercontinental como este. Es por esto que los científicos están haciendo más pruebas para comprobar esta teoría. Incluso, se evalúa si fue solo un único viaje que compartieron los primates con los roedores.
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