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James Webb sorprende una vez más: detecta “monstruos celestiales” en el espacio

Por: Zoe Weinert
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El Telescopio James Webb lleva años ayudándonos a entender un poco más todo lo que hay en el espacio exterior y ahora descubrió lo que los expertos bautizaron como “monstruos celestiales”.

Descubrir todos los misterios del espacio exterior es una de las misiones interminables del ser humano, sin embargo, James Webb nos acerca cada día un poco más a la meta y esta no es la excepción, porque el telescopio detectó unos “monstruos celestiales” al exterior de la Tierra.

Se trata del primer rastro químico que fue descubierto por un grupo de astrónomos de las Universidades de Ginebra y Barcelona y el Instituto de Astrofísica de París. Un rastro que atestigua la presencia de estrellas masivas en proto cúmulos globulares, nacidos 440 millones de años después del Big Bang.

Los cúmulos globulares son grupos densos de estrellas que se encuentran dentro de una esfera con un radio que oscila entre una docena y 100 años luz. Estos cúmulos contienen millones de estrellas y se piensa que están presentes en diversas galaxias.

El descubrimiento publicado en la revista Astronomy & Astrophysics asegura que el hallazgo se debe a que el telescopio espacial pudo captar la luz emitida por GN-z11, una de las galaxias más lejanas, ubicada a 13.300 millones de años luz, lo que proporcionó información fundamental para la investigación.

“Hoy, gracias a los datos recopilados por el Telescopio Espacial James Webb, creemos haber encontrado una primera pista de la presencia de estas extraordinarias estrellas”, comenta Corinne Charbonnel, profesora titular del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y primer autor del estudio.

James Webb lo hizo otra vez

Los científicos se han desconcertado por la composición de las estrellas en los proto cúmulos, notando que la proporción de oxígeno, nitrógeno, sodio y aluminio varía entre ellas, a pesar de haber nacido simultáneamente y en la misma nube de gas. Debido a estas diferencias, los expertos han etiquetado estos fenómenos como "anomalías de abundancia". 

En 2018, el equipo había elaborado un modelo teórico que proponía que durante la formación de los cúmulos, las estrellas masivas contaminaron la nube de gas original. Esto favoreció la adquisición heterogénea de elementos químicos por parte de las estrellas.

De acuerdo con la investigación, estos “monstruos celestiales”, como también se les bautizó, son de 5.000 a 10.000 veces más masivos y cinco veces más calientes en su centro que el sol.

Imagen del descubrimiento de James Webb. Créditos: Agencia Espacial Europea
Imagen del descubrimiento de James Webb. Créditos: Agencia Espacial Europea

“Los cúmulos globulares tienen entre 10.000 y 13.000 millones de años, mientras que la vida máxima de las superestrellas es de dos millones de años. Por lo tanto, desaparecieron muy pronto de los cúmulos que se pueden observar actualmente. Solo quedan rastros indirectos”, expresó Mark Gieles, profesor ICREA en la Universidad de Barcelona y coautor del estudio.

“Se ha establecido que contiene proporciones muy altas de nitrógeno y una densidad de estrellas muy alta”, dice Daniel Schaerer, profesor asociado del Departamento de Astronomía de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y coautor del estudio.

Un nuevo descubrimiento que tiene como protagonista al Telescopio James Webb una vez más, quien de seguro nos seguirá sorprendiendo con el paso del tiempo.

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