El rapero canadiense debutó en nuestro país con una presentación que duró mucho menos de lo esperado. Comenzando 20 minutos tarde y terminando media hora antes de la hora acordada. El oriundo de Toronto condensó en casi 40 minutos de show varios de sus hits, pero dejó con ganas de más a los cientos de espectadores que se juntaron en masa a verlo, como uno de los platos fuertes de la jornada.

 

De forma enérgica, el cantante saludó al público con un “¡Santiago conchetumadre!” y un “Te amo Santiago po’h!”, lo que le consiguió ganarse a todo el mundo. Lo que continuó después fue un show en donde repasó éxitos como “Hotline Bling” y “In My Feelings”, pero una presentación que pudo dar más, ya que duró menos de una hora y se estaba posicionando como un headliner del evento.

 

El rapero se presentó con una fórmula demasiado simple para un headliner. Sin bailarines ni una propuesta en escena llamativa como Rosalía quién se presentó antes en otro escenario, ya que fue él fue el único protagonista en el escenario en un acto en donde gigantescas llamaradas de fuego aparecían entre él y su público. 

 

Si bien el espectáculo dejó en deuda al intérprete, es imposible negar que el artista demostró su talento y gracia al momento de cantar. La forma de moverse en el escenario y su velocidad al rimar son elementos que lo han transformado en un verdadero referente de la industria y eso se notó. El público respondió de forma positiva a una instancia que fue demasiado breve. 

 

Drake cantó sus hits, pero dejó con ganas de más tanto por la duración del espectáculo, como por canciones emblemáticas que faltaron como “Too good” y “Passionfruit”. Chile quedó en una situación similar a la que ocurrió días atrás en Lollapalooza Argentina, donde el oriundo de Toronto presentó un setlist corto. 

 

Ojalá el genio detrás de “God 's Plan” cumpla la promesa que hizo en ambos países de volver a presentarse, ya que se posicionó como la gran decepción del festival.