¿Cuáles son las principales amenazas para la sobrevivencia de las abejas?
En el contexto del Día Mundial de las Abejas celebrado el 20 de mayo, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura puso en alerta a la ciudadanía, por el importante descenso que ha habido en la población de este ser vivo en el mundo. En esta línea, explicaron que -actualmente- las tasas de extinción de las especies son cien mil veces más altas de lo normal debido al impacto humano.
Así como las abejas, otros polinizadores como las mariposas, los murciélagos y colibríes también se encuentran en peligro por múltiples causas, poniendo en riesgo uno de los procesos fundamentales para la supervivencia de los ecosistemas, producción y reproducción de cultivos y plantas silvestres: la polinización.
De acuerdo a lo revelado por la institución durante el 2021, "casi el 90 por ciento de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75 por ciento de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización y el 35 de las tierras agrícolas mundiales". De esa manera, los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad.
Los expertos señalan que esta disminución que se ha tornado preocupante, se debe principalmente a prácticas agrícolas intensivas:
1) Neonicotinoides: Este es un tipo de plaguicida que se utiliza en agricultura y que tiene un claro efecto negativo en la salud y ciclos reproductivos de las abejas, pudiendo causar la muerte de enjambres enteros. Durante el año 2018, en Europa entró en vigor la normativa que prohíbe su utilización en espacios abiertos, pero aún no se han realizado regulaciones de agroquímicos que tienen efectos residuales para estos insectos, en América Latina.
2) Monocultivos: Los monocultivos generan una carencia de fuentes de alimentación variada, lo que priva a las abejas de consumir la diversidad de aminoácidos y vitaminas necesarios para su correcta alimentación.
3) Enfermedades y especies exóticas invasoras: Principalmente ácaros y Nosema. Para terminar con ciertos parásitos, como ceranae (microsporidio unicelular), muchos apicultores que trabajan de forma industrial, eligen la solución más sencilla para erradicarlo como sustancias químicas nocivas para el medio ambiente o insectos manejados o exóticos para polinizar y para controlar plagas.
Es el caso del Bombus ruderatus y Bombus terrestris, dos abejorros exóticos que son importados a Chile sin perjuicio de las advertencias que ha hecho la comunidad científica, respecto a los daños que generan en las abejas nativas como en el abejorro colorado (Bombus dahlbomii), que se encuentra en peligro según la Unión Internacional para Conservación de la Naturaleza.
“El B. terrestris ha producido la declinación de hasta un 99,4% de la abundancia relativa del abejorro nativo B. dahlbomii, y de cerca de un 40% de la abeja melífera asilvestrada”, aseguró una investigación publicada en 2018 en la revista científica Gayana.
4) Cambio climático: De acuerdo a lo explicado por Luís Ferreirim de Greenpeace a "La Vanguardia", el cambio climático modifica los patrones de floración y causa el desplazamiento de muchas plantas, lo que desorienta y trastoca a las abejas. Además, la crisis climática es uno de los principales depredadores porque genera cambios en las precipitaciones, alterando el período de floración de las plantas de las que se alimentan las abejas.
5) Pérdida de hábitat: Así como las abejas melíferas, hay un grupo importante de abejas nativas que tiene una gran labor polinizadora pero que también están siendo amenazadas. De acuerdo a lo confirmado por los expertos, cerca de 450 especies se han descrito para Chile aunque se cree que hay unas 800 en total. De ellas, un 70% son endémicas.
No obstante, muchas de ellas, que son solitarias y de aspecto distinto a la tradicional abeja melífera, se encuentran en peligro debido a diversas razones como la pérdida de hábitat, producto de la expansión de la urbanización y agricultura intensiva.
FAO declara que -definitivamente- si esta tendencia continúa, algunos cultivos nutritivos —como frutas, frutos secos y muchas hortalizas— serán sustituidos cada vez más por los cultivos básicos como el arroz, el maíz y la patata, lo que podría desembocar finalmente en una dieta desequilibrada.
El mensaje de las organizaciones internacionales es claro: Todos dependemos de polinizadores como las abejas, y por esa razón, es crucial que los agricultores, políticos y sociedad civil, tomen conciencia de esto para controlar su declive y detener la pérdida de biodiversidad.
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