La era del Antropoceno habría comenzado, todo tras las marcas de rocas de un lago en Canadá, que le han dado a los científicos respuestas inquietantes sobre los cambios geológicos del planeta.

Los geólogos han sido claros, ya hemos dejado una marca permanente en el planeta. Y es que los especialistas anunciaron recientemente que comenzó el Antropoceno, la "Era de los humanos". 

Te parece extraño pensar que si poblamos la Tierra desde hace 150.000 años estamos nombrando esta era un poco tarde. Pero no, hasta hace poco, hemos estado viviendo en una era geológica llamada Holoceno. 

El Holoceno, es un periodo que nació hace 11.700 años, y significa un tiempo donde las temperaturas son más moderadas y hay más desarrollo de vida dadas las condiciones climáticas más amigables. Esta comenzó después del llamado Dryas Reciente, o era de la última glaciación. 

Ojo, que según los especialistas, puede que el Holoceno sea un periodo interglacial, dado que no se descarta que se desarrolle un fenómeno como el que antecedió al que vivimos hoy. 

Pero parece que el Holoceno terminó, para dar paso al Antropoceno. Este último podría ser realidad dado un acuerdo entre los científicos, todo tras las evidencias encontradas el Lago Crawford, Canadá. En este cuerpo de agua encontraron pruebas de que ya estamos viviendo en la "Era de los humanos". 

Un extracto de roca sería la marca que registra el paso de nosotros y el impacto que hemos producido en el planeta. Según la lectura de la huella, a principios de la década de 1950, con el uso de combustibles fósiles, pruebas nucleares y termonucleares, habría comenzado este periodo. 

El colectivo de científicos que descubrió esto es conocido como el Grupo de Trabajo del Antropoceno. Este ha propuesto que este marcador sea el comienzo de una nueva época en el mundo. 

El hallazgo se da luego de un trabajo de investigación que duró 14 años y se realizó en 12 sitios arqueológicos en todo el planeta, desde Polonia y Corea, hasta México y China.

El Lago Crawford es tiene una profundidad de 24 metros. Es excepcionalmente profundo y permite que los sedimentos se desplacen hacia abajo, año tras año, con la intervención humana limitada o nula. Además, las capas inferiores de agua no se mezclan mucho con las superiores. 

Cuando llega el verano, esta masa de agua se calienta y produce una precipitación de carbonato de calcio. Eso deja una capa calcárea blanca, que los geólogos pueden leer como un registro anual preciso del entorno del Lago Crawford. La marca que genera es muy similar a las definiciones de los anillos en un tronco de árbol. 

Por lo tanto, el Lago Crawford es un recipiente que acusa las emisiones de carbono, las cenizas, isótopos de nitrógeno de la quema de combustibles fósiles, el auge de las bacterias de azufre púrpura y el oxígeno atmosférico. 

"La gente puede (ver año por año) e identificar lo que estaba pasando o reconstruir lo que sucedía en la atmósfera, en el agua, en la hidrosfera", manifestó Francine McCarthy, investigadora principal del proyecto Crawford Lake a Deutsche Welle.