Atestados de turistas: el drama del pequeño pueblo que inspiró a Frozen
Quizás el mayor pecado de Hallstatt, Austria, fue ser la inspiración de la película Frozen. Hoy miles de visitantes buscan la selfie perfecta, molestando a sus pobladores, quienes, cansados tomaron medidas drásticas.
Los viajes y las redes sociales son un complemento único e insuperable. Una relación que nace desde que la segunda se hizo parte de nuestras vidas y cada vez que nos metemos a nuestro feed nos encontramos con algún conocido dando vueltas por el mundo. Ahora hagamos el ejercicio de ver en nuestro perfil de Instagram si no hay fotos viajando.
No nos mientas, sabemos que sí.
Pues bien, viajar y tomarse fotos es algo que parece estar en nuestro ADN, filas de turistas atestan monumentos históricos en Europa, millones de fotos en la misma playa, pero con distintos protagonistas inundan los hashtags más conocidos "#Bali", "#PuntaCana", "#Brasil", entre otros; para qué hablar de quienes les gusta el turismo aventura, subiendo fotos de las montañas y senderos más difíciles de encontrar.
Pero también existe otra extirpe, un grupo de personas sedientas de encontrar emplazamientos cinematográficos. Lugares donde grabaron "Juego de Tronos" en España y Croacia, o el Monument Valley donde corrió Forrest Gump son dignas de millones de selfies en el mundo.
Otro lugar que llama la atención es Hallstatt, una pequeña ciudad ubicada en Austria, que solo tiene casi 800 habitantes. ¿Por qué mencionamos esta ciudad? Porque esto no es nada frente a la millonada de turistas anuales que viajan hasta este lugar para tomarse selfies. ¿La razón? Esta es la ciudad que sirvió de inspiración para la película de Disney, Frozen.
Pero la práctica, al parecer, ya no genera tanta gracia en Hallstatt. Este pueblecito de postal, lagunas cristalinas y peculiar arquitectura, pasó de recibir solo un centenar de visitantes foráneos por día a tener que lidiar con 10.000 diarios desde la fecha de emisión de la película en el año 2013.
La gran cantidad de visitantes generan problemas en el día a día de los lugareños, quienes tomaron una drástica decisión: poner un muro de madera para disuadir a los turistas de la icónica foto. Según un representante de la junta de turismo de esta ciudad, el enfoque turístico es el de "calidad" y no "de masas".
Lamentablemente para ellos, aunque este muro estuvo en pie durante un corto periodo de tiempo, se provocó un efecto contrario y todo el mundo terminó hablando de este.
En el 2017, comenzaron a implementar guardias de seguridad en las entradas de las iglesias del pueblo, para disuadir a estos turistas que perturban los oficios religiosos. Muchos de estos visitantes son en su mayoría chinos, dado que existe una réplica de esta ciudad en la Provincia de Guandong, construida en el 2011. Y claro, ellos quieren conocer la localización original.