Alfredo Jaar expondrá inéditas fotos del Chile de la dictadura en el Museo Nacional de Bellas Artes
Alfredo Jaar, realizará una exposición de sus obras más destacadas del Chile entre 1974 y 1981 en el Museo Nacional de Bellas Artes.
Con el título El lado oscuro de la Luna, el artista Alfredo Jaar presenta en el Museo Nacional de Bellas Artes, un grupo de obras realizadas en Chile y sobre Chile, principalmente entre 1974 y 1981, a partir de su experiencia ante el Golpe de Estado de 1973 y el proceso posterior.
Alfredo Jaar en el Museo Nacional de Bellas Artes
La muestra del ganador del Premio Nacional de Artes Pláticas (2013) se presenta entre el 14 de septiembre y el 25 de febrero. Es parte del Programa de conmemoración de los 50 años del golpe de Estado del MNBA, y cuenta con la curatoría de Pablo Chiuminatto, quien denomina al conjunto de obras como "El capítulo chileno de Alfredo Jaar".
"Esta exposición reúne por primera vez todo este grupo de obras que antecede su destacada carrera internacional. En esta selección ya está presente la fuerza, la mirada crítica y la lucidez que lo caracterizan. Una muestra que reúne obras de los años en que trabajó como artista en Chile (entre 1974 y 1981), además de trabajos posteriores relacionados con los hechos, la historia y la memoria de ese tiempo", explica el curador.
El título de la muestra proviene del disco que en marzo de 1973 lanzó el grupo inglés de rock progresivo Pink Floyd. Las composiciones de ese álbum incluyen grabaciones experimentales de sonidos, secuencias de latidos, risas y ecos. Temas que el artista -que incluso pensó en dedicarse a la música-, escuchó obsesivamente convirtiéndose en símbolo y refugio, antes de salir de Chile.
Las piezas de la exhibición son inéditas en nuestro país. El autor las creó a partir del golpe de 1973, que se convirtió en una temática de un período central en su trayectoria, pero poco conocido. Al igual que otros sucesos mundiales, este hecho traumático lo interpeló por la tragedia que encerró, no solo por las muertes y desapariciones, sino también por el sistema que se impuso en el plano social, económico, político y cultural.
"Es una tremenda emoción instalar esta obra 50 años después del golpe. Cuando ocurrió, yo tenía 17 años, estaba saliendo del colegio, iba a estudiar arquitectura. No tenía idea que eso era arte, al principio me gustaba el diseño gráfico, entonces los primeros calendarios y mis dibujos, se inscribían en ese campo. Terminaron siendo obras de arte y el comienzo de una carrera de 50 años, por lo tanto es una experiencia y una emoción impresionante, instalar esta obra en la sala Matta del Museo Nacional de Bellas Artes", expresa Jaar.
"Alfredo Jaar alude a la irrupción que afectó para siempre su mirada crítica y su devenir como artista, deteniendo el tiempo en la fecha crucial; un 11 que queda en la memoria del país, que a 50 años, retumba como imagen de la violencia. Su obra reconocida internacionalmente, ha puesto la alarma sobre problemáticas de carácter humanitario, conjuga lo visual, lo arquitectónico y la palabra, generando una interpelación sensible", comenta Varinia Brodsky, directora (s) del Museo Nacional de Bellas Artes.
A lo largo de su extensa trayectoria, Jaar aborda en el museo profundas reflexiones políticas y sociales sobre el poder de los medios de comunicación, el sistema de información dominante y sus implicancias éticas en nuestra cultura. Sin utilizar imágenes explícitas, se vale de signos y significados que se pueden inscribir en una operación para desarticular la mirada colonial.
La exposición "evidencia el desafío de los artistas al probar el silencio que a veces impone la abrumadora realidad histórica, que no siempre se puede presentar directamente", comenta Chiuminatto en el texto de sala.
El público podrá apreciar la serie Septiembre 11, 1973 en las que enfatiza en la fecha e incluso la hora del bombardeo a La Moneda marcando un tiempo en detención.
A la serie Estudios de la felicidad se suma el retrato del mismo artista, dando cuenta de su propia infelicidad o de él caracterizado como un mago, una de sus ocupaciones, pero a la vez un gesto irónico ante la fantasía que ofrecía la abundancia económica prometida por el modelo neoliberal impuesto y que lo motivó a preguntar con carteles en el espacio público “¿Es usted feliz?”.
La serie Buscando a Kissinger, consistente en la intervención de archivos desclasificados y fotografías, interpela directamente al ex secretario de Estado estadounidense, por su intervención y gestión para consumar el golpe y destruir la democracia. La fotografía del Palacio de La Moneda tras el bombardeo, captada por Luis Poirot, también es intervenida como símbolo y referente fragmentado.
El autor también cuestiona la construcción del sentido de "identidad nacional", como proyecto dictatorial y reduccionista, a través de mapas, banderas y emblemas. Llama a preguntarse por la imagen en Chile, así como su vínculo con Latinoamérica y Norteamérica. En esta senda se inscribe la serie Un logo para América, realizada a partir del registro de la instalación de un letrero luminoso en el espacio público, en Times Square, en Nueva York.
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