9 curiosidades de las abejas melíferas
Las abejas son insectos, tienen 6 patas y 2 pares de alas, que pertenecen al orden de los Himenópteros o de “alas membranosas”. Se caracterizan por ser un insecto sociable, pues viven en familias de miles de individuos con una organización jerárquica. Ha evolucionado a través de los años en conjunto con las plantas que tienen flor (angiospermas), por lo que se especializa en visitar las flores de las plantas para obtener su alimento.
Las abejas son una especie de insectos muy trabajadora. Desde que nacen hasta que mueren siempre están realizando alguna actividad. Una vez roto su pupa y emergen transformados en adulto, lo primero que hacen es comenzar a limpiar la celda de la cual nacieron, y desde ahí en adelante desarrollan distintas funciones dependiendo de su edad y las necesidades de la colmena. Aun así, una abeja produce solamente 1/12 cucharada de miel en el largo de su vida.
Una colonia de abejas es comparable con una ciudad pequeña. Una colmena de abejas puede contener entre 30.000 y 60.000 obreras, llegando a cientos de miles en familias especialmente grandes. Tienen un nivel de organización excepcional: Su jerarquía se compone de una Reina que es la única capaz de poner huevos y se encarga de la cohesión de la colmena; Obreras que realizan todo el trabajo de limpieza, crianza de larvas, construcción, defensa y recolección de alimento; y Zánganos, cuya única función es de tipo reproductiva, por lo que se encargan de mantener la variabilidad genética entre las colonias.
Las abejas son constructoras con un gran sentido de lo económico y lo racional. Las construcciones de las abejas, hechas de cera que ellas mismas producen con unas glándulas en su abdomen, tienen como objetivo maximizar el área y reducir los costos de material. Para ello la abeja construye formando hexágonos regulares. Esto les permite maximizar la superficie útil, utilizando la menor cantidad de cera, siendo una perfecta optimización de recursos.
La Reina es la única hembra de la colmena que es capaz de poner huevos y generar nuevas crías. A pesar de que le Reina es madre de todas las abejas en una colonia, no se encarga de cuidar a ninguna de las crías, delegando ese trabajo a las obreras. La única diferencia entre una Reina y una obrera, es que la Reina recibió como alimento Jalea Real durante todo su desarrollo de larva, a diferencia de las obreras que solo reciben jalea real durante los primeros 3 días, recibiendo luego un alimento de menor calidad. Es por ello que el nacimiento de una Reina dentro de la colmena de abejas es determinada solamente por el tipo de alimentación que reciben las larvas.
Cuando una abeja exploradora encuentra una flor la cuál es una buena fuente de alimento, vuelve a su colmena a comunicárselo a sus compañeras. Esta comunicación la realizan a través de un baile, conocido como baile de las abejas. Mediante éste baile las abejas son capaces de comunicar la dirección y la distancia a la que se encuentra la flor desde la colmena, y además da de probar el alimento obtenido a las abejas que la observan, para que la siguiente recolectora que vaya en búsqueda de esa flor, no se equivoque en su elección.
Cada colmena de abejas tiene un aroma distinto que la diferencia de otras familias. Es por eso que una abeja no puede entrar a cualquier colmena, solo puede entrar a la suya, la cual reconocen a través de aromas, posición y colores. Si una abeja entra a una colmena que no es la suya, será detenida y atacada por las abejas guardianas que cuidan la entrada de las colmenas.
La miel es uno de los alimentos que se mantiene a través de los años sin echarse a perder. A pesar de que la miel es muy nutritiva, no permite el crecimiento de hongos o bacterias, lo que la hace un alimento prácticamente imperecedero. La razón de ésta característica es debido a varios factores: su alto contenido de azúcar y su bajo contenido de agua, su pH es ácido, cercano a 4; contiene pequeñas porciones de agua oxigenada y además contiene compuestos biológicamente activos provenientes de las plantas.
Las abejas tienen 3 ojos primitivos sobre su cabeza y además un par de ojos compuestos, los cuáles se componen de alrededor de 6.000 omatidios, lo que le proporciona una excelente vista periférica. Su percepción de los colores es distinta a la de los seres humanos, pues ellas son capaces de percibir colores ultravioletas que nosotros no vemos, pero no son capaces de ver los colores rojos, lo cuáles perciben de color negro.