"Quiero comenzar ya": El nerviosismo se apodera de Junior y Uriel antes de la eliminación

Uriel "El Futuro Fuera de Órbita" Romero y Junior Playboy son los elegidos para luchar por mantenerse al interior de Tierra Brava. Ambos intentarán esta noche eliminarse mutuamente, pero para eso los dos se están preparando de todas las formas posibles.

Ya sea en lo físico, en lo mental o en lo emocional, los competidores por evitar la eliminación de Tierra Brava prometen darlo todo. Esperamos que sea un juego limpio, pero las posibilidades son infinitas.

La tensa preparación de Uriel y Junior

Uriel partió su preparación armando su bolso y definiendo qué le dejaría a su enamorada, la chef Dani Castro. Mientras tanto Junior se despedía de su amigo burro. Esta vez le pidió que no lo mordiera antes de la prueba.

Luego, el músico partió a la acción. Junto a su partner, Nicolás Solabarrieta, decidió precalentar el cuerpo para estar a punto de cualquier dificultad que se le planteara.

El rapero del Bronx corrió, levantó peso, elongó los músculos y preparó sus hombros. El exfutbolista lo asesoró para evitar cualquier problema como los que ya ha tenido dos veces en la parte superior de sus brazos.

Mientras eso ocurría, Junior recibía un coaching especial de Chama y Luis, quienes le hablaban sobre la importancia de hacerse respetar y temer. El Thor Chileno luego dio paso a su propia preparación física, y calentó en solitario.

Eso sí, luego llegó el momento de enfrentarse a los compañeros y las posibles despedidas. Para Uriel esto fue complejo, debido a que tiene lazos muy fuertes dentro del reality.

Entre las palabras de aliento que recibió, también se encontró con Miguelito poniéndole presión y diciéndole que lo quiere de vuelta. O con Guarén, quien no se quiso despedir para hacerle sentir que debe volver sí o sí.

Junior, por su parte, recibía las despedidas de Gabrieli y Luis Mateucci, a quien le aseguraba "Tranquilo, voy a darlo todo, hermano".

Finalmente fue el momento de Uriel de despedirse de su enamorada Dani Castro, quien le entregó una carta y le prometió un desayuno especial al día siguiente. 

Los dos rivales se encontraron entonces cara a cara y se desearon lo mejor. Se despidieron de la mejor forma y con alta competitividad, pero con el nerviosismo reflejado en las caras.

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