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Ni carne, ni pollo: sólo dolor

Las empanadas del terror azotaron a Tierra Brava

  • Por: Federico Sepulveda
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Las cosas en Tierra Brava nunca son sencillas ni pacíficas. Esta noche vivimos un nuevo conflicto entre Angélica Sepúlveda y dos participantes. Una pena, porque los demás participantes sólo querían comer empanadas. 

Todo comenzó en calma en la actividad de Tierra Brava sobre empanadas peruanas que incluía a Pamela, Fabio, Guarén. Daniela, Fabio, Angélica, Botota y Shirley. El público en vivo que estaba sentado en un banquito cerca de la acción, conformado por Nicole, Uriel y Max, comentaba que la función le parecía aburrida. No tenían idea de lo que venía.

Las empanadas del dolor en Tierra Brava

Todo iba bien en la casa. Las masas se estaban haciendo según las indicaciones del profesor invitado, las risas reinaban y el ánimo era de lo más alto. Cuando la audiencia estaba haciendo apuestas por quién iniciaría algún tipo de conflicto y todos acordaban que serían Guarén o Pamela las primeras en encender la mecha, sería Shirley la que abriría los fuegos. Chocó con Angélica, quien la dejó bien repasada con un par de palabras fuertes y un sólido "ojalá que te vayas mañana".

La chica realidad quedó visiblemente afectada y se quedó incómoda por un buen rato, incluso llegó a confesarle a Guarén que "tengo hanas de tirarme a llorar una hora". Cuando el profesor invitado les comentó a todos que ha ido a la ciudad chilena de Arica, la Fierecilla de Yungay confesó que le parece una "lata que se llame Arica".

Mientras Shirley se derrumbaba frente a sus compañeros llegó Arturo Longton a ver qué ocurría. La Leyenda se tomó en serio la situación y se acercó a Sepúlveda para pedirle explicaciones, y aunque no consiguió una disculpa de la sureña, volvió con orgullo a sentarse cerca de Shirley. El salvador de Tierra Brava estaba orgulloso.

Sin embargo "Chuky" estaba recién comenzando. Poco rato después Angélica se dio cuenta que Fabio estaba probando la carne que su equipo había preparado, por lo que lo encaró y le quitó el plato. Pamela y Fabio replicaron rápidamente que esos no son modos de aproximarse a la situación. La Fierecilla encaró a Pamela diciéndole que no se metiera con ella, pero le respondieron que la cantidad de comida era suficiente y que sobraría, y que si seguía con esa actitud la que sobraría sería Angélica.

Las cosas escalaron rápidamente y Pamela decidió echarle sal a la herida. Fue a buscar una cuchara y sacó más carne del plato de Angélica y ante su mirada desconcertada. Cuando La Fiera intentó sacar una segunda cucharada los ánimos se elevaron rápidamente.

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