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Capítulo 41 / La pena de Álvaro

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Álvaro no puede creer lo que pasó con Cristina, por lo que lleno de ira y rabia hacia si mismo, estrelló varias veces su puño contra un espejo del baño. En el edificio, Cristina se derrumbó en los hombros de su amiga porque no puede creer que su vecino haya sido tan canalla como para acostarse con ella, aún sabiendo que se iría de Santiago.

En el apartamento, el “Pelao” Monroy descubrió a su amigo revisando las antiguas fotos que él guardaba en un baúl, por lo que le aconsejó que se la juegue por Cristina y que se entregue nuevamente al amor. El publicista, a su vez, le explicó a su mejor amigo que aún no supera que el gran amor de su vida se haya muerto hace años atrás, por lo que está decidido en cerrar su corazón para no volver a sentir dolor por ninguna mujer.

Camila, luego de su conversar con sus amigas, aprovechó la ocasión para volver a hablar con Peter y para aclarar las cosas entre ellos, explicándole que ella se siente muy atraída hacia él y que, si él le vuelve a dar otra oportunidad, ella está dispuesta a dejarse llevar por sus sentimientos.

Aliro, en compañía de sus mejores amigos, les confesó que cree que su esposa le fue infiel, aunque él le había dado el “chipe libre”, por lo que ahora planea evitarla hasta aclarar sus sentimientos hacia ella y su relación.

En su apartamento, el “Turco” fue secuestrado por Rodrigo, Aliro y Álvaro para llevarlo en secreto a su despedida de soltero, pero Fabiola, con su sexto sentido, descubrió rápidamente hacia donde se dirigía su prometido. Ante esa nueva noticia, las chicas decidieron también festejarle el último día de soltera a su amiga, por lo que se la llevaron a un club para que celebraran por todo lo alto.

El hijo de Luisa, al tomar una misteriosa pastilla, casi sufrió un infarto, por lo que, luego de esa aterradora situación, descubrió que ya no desea seguir experimentando y que lo único que necesita para su vida es la cercanía de su esposa y sus hijas.

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