Publicidad
Tras pasar horas varados en el desierto del Sahara, Pancho y Jorge encontraron de milagro un “jaima”, tiendas de campaña típicas de los pueblos nómades del norte de África.
Sin embargo, lo que los socios no sabian era que este “jaima” era de lujo, pues contaba con baño, ducha y cómodas camas.
Finalmente, Jorge y Pancho pudieron reposar, reponerse y comer a la luz de la luna, muy bien atendidos por los bereberes. Para así, ya descansados, organizar la última travesía en Marruecos.
Síguenos en