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Su pasión de juventud

Amaro Gómez-Pablos se refirió a su fanatismo por las motos

  • Por: Ariel Araya
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En Sigamos de Largo estuvimos junto a Amaro Gómez-Pablos y Martín Cárcamo, para conversar de sus experiencias personales, proyectos futuros y revivir divertidas anécdotas.

En ese contexto, Amaro nos contó de su pasión por las motocicletas y la velocidad. “Me encanta, la verdad es la sensación de libertad”, comenzó diciendo el periodista. “Además, en la ciudad, hay que decirlo, se llega mucho más rápidamente. Pero la sensación de libertad, de plenitud es muy agradable”.

Ante la consulta de a qué edad comenzó su fanatismo por el mundo tuerca, Gómez-Pablos aseguró que fue en su juventud: “A los 18 años de edad, más o menos. Y uno va evolucionando. Al principio, verdad, con 50cc. (...) Y uno va escalando a medida que vas sintiéndote más competente”, señaló el actual animador de Bienvenidos.

Amaro Gómez-Pablos habló de sus accidentes en moto

“He tenido más de un accidente, no ha sido mi culpa. He tenido suerte, también”, afirmó Amaro Gómez-Pablos sobre las difíciles situaciones que ha tenido que enfrentar mientras maneja su moto. “Pero coincido con Coco Legrand, que es un entusiasta de las motos, y lo que dice es que hay dos tipos de motoqueros, los que se han sacado la… (cresta) y los que están por sacársela. Y la verdad es que al final uno es lo uno y lo otro. Y ya vendrá, pero ojalá siempre con cautela”, dijo el periodista.

A propósito, Gomez-Pablos contó detalles de su último accidente: “Dobla en U un vehículo que no tenía que doblar ahí. Solté la moto, fue un acierto, porque muchas veces cuando te quedas con la moto es cuando te lesionas más. Suelto la moto, yo resbalo, voy dando vueltas. Por fortuna no viene un auto en la dirección contraria". 

Lo curioso ocurrió después, cuando se levantó y comenzó a pedirle el nombre y rut a los testigos que estaban en los demás vehículos. “Sabes por qué lo hice? Y esto es demasiada cautela, quizás.  Pero al principio la culpa es efectivamente del automovilista. Después resulta que, al día siguiente, quizás sí, quizás no. Y después eventualmente una semana más tarde tienes tú la culpa cuando nunca la tuviste. Entonces, me hice de las personas que habían en el entorno. Pero eso también dice algo muy feo de nuestra sociedad, que es el tema de la confianza”, manifestó el periodista.

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