En este nuevo capítulo de la cuarta temporada de Siempre hay un chileno, conocimos la historia de cuatro compatriotas radicados en Berlín.
En este capítulo de conocimos la historia de cuatro chilenos, Eduardo, Yuri, Richard y Marjorie, quienes realizaron un recorrido por los lugares más turísticos e históricos de la capital de Alemania.
La primera historia que conocimos fue la de Marjorie Chay, una artista visual que lleva 20 años viviendo en Berlín. Ella se arriesgó por temas laborales y dejó Santiago para aventurarse junto a su compañera perruna, Lily Blue, por las calles de Berlín.
Junto a ella visitamos la Isla de los museos y el espectacular Lugtgarten, conociendo a profundidad un poco más de la historia del lugar de la mano de la chilena. Marjorie nos contó sus impresiones de los alemanes y reveló aspectos relevantes de su experiencia personal.
Luego conocimos la historia de Richard y Yuri, un matrimonio chileno que provienen de ambos extremos del país: uno vivía en Valdivia, mientras que el otro en Arica. Richard es un peluquero que lleva cinco años viviendo en Berlín, mientras que Yuri es diseñador y también lleva cinco años en la capital de Alemania.
Ambos nos contaron cómo han vivido la pandemia y revelaron hechos que son cotidianos en Berlín. En esta misma línea, nos contaron cómo se vive culturalmente el tema de la diversidad sexual en Alemania.
Junto a ellos también conocimos un poco más de la historia de Berlín, ya que compartieron parte importante de lo que ocurrió en la zona durante la segunda guerra mundial. De hecho, Yuri presentó un monumento a los judíos de Europa que fueron asesinados en el holocausto.
Por último, conocimos la historia de Eduardo, quien sin ninguna duda realizó un recorrido histórico, ya que nos mostró los trenes de Auschwit, parte de la historia nostálgica de Alemania. Junto con esto, enseñó el Checkpoint Charlie y el Muro de Berlín.