Pancho Saavedra visitará una isla de Hualaihué habitada solo por un matrimonio
- Por: Coni González
Mañana sábado, después de “Tele13 central”, se transmitirá un nuevo capítulo de “Lugares que hablan”. Pancho Saavedra y su equipo se trasladarán más de mil kilómetros, desde Santiago hacia Hornopirén, capital de la comuna de Hualaihué en la Región de Los Lagos.
Se trata de un lugar que ya visitó el espacio de cultura hace algunos años y donde quedó pendiente un gran motivo para volver: navegar y descubrir la vida en el mar.
En este episodio, gran parte de la aventura ocurrirá sobre el agua, para descubrir cómo es la vida en estas islas desconocidas de Hualaihué.
Pancho, junto a las personas que viven en estos lugares, navegará por alucinantes y desconocidos rincones para mostrar una tierra mágica que está marcada por la herencia chilota de sus primeros habitantes.
Esta aventura comenzará a bordo de una lancha, conducida por lugareños que trasladarán a Saavedra a la enorme isla Llancahué.
La primera parada será en el sector de Baltazar, donde viven solo dos habitantes, un matrimonio que trabaja fabricando las tradicionales lanchas de madera y que esperó a Pancho y a su amigo “El Catador” para servirles un delicioso curanto preparado en olla.
Luego, en pleno mar y camino al sector Puerto Bonito, “Lugares que hablan” se encontrará con una pareja de pescadores, Juan y Leticia, en medio de la faena de recoger los espineles y sacar merluzas. Juan lleva 45 años pescando y hace un mes fue operado de cáncer al colón y junto a Pancho realiza su primera salida a pescar, después de su compleja operación.
De esta manera, continuará el trayecto en lancha de Saavedra y su equipo, y divisarán a una familia con una pequeña hija, Nayaly, quien junto a sus padres sale a pescar, principalmente rollizo y congrio.
La niña sueña con ser pescadora igual que su padre, pues desde los seis meses de vida, la pequeña acompaña en la lancha a sus progenitores. Junto a esta familia, y con la niña como la mejor guía, “Lugares que hablan”, liderado por Pancho, se impactará por la belleza de una enorme y hermosa cascada, que adorna el impresionante fiordo Quintupeu.
Más adelante, Pancho conocerá a don Belarmino, un hombre con un gran pasado. Sus primeros años fue buzo escafandra, luego fue maestro de ribera, hasta que por un cáncer gástrico y más de seis operaciones, tuvo que cambiar a un trabajo más liviano. Hoy construye puertas, sillas, respaldos y marquesas de madera, apoyado por su esposa y su único hijo, pues hace un año atrás sufrieron la pérdida de su hijo mayor.
La próxima parada será en la isla Llanchid, cuyo significado es “lugar de penas y llantos”. Aquí, Pancho compartirá con sus 50 habitantes, una comunidad que a punta de trabajo e ingenio logra tener agua potable, energía eléctrica y ahora luchan por un muelle digno.
En esta historia, Pancho se comunicará con Cristina Espinoza, alcaldesa de Hornopirén, para preguntarle por un muelle que la comunidad de la isla aún espera que instalen. La edil se comprometió a preguntar y preocuparse que pasó con esos recursos y que los habitantes puedan tener una rápida respuesta.
Finalmente, acompañados de los amigos y capitanes que han trasladado a Pancho por todas estas islas de la comuna de Hornopirén, lo llevarán a las termas de Cahuelmó, donde se sumergirá en las calientes aguas del lejano y maravilloso fiordo del mismo nombre.
Sin embargo, antes de bañarse en las termas, Pancho Saavedra vivirá una estruendosa caída que más que causarle dolor, le ocasionó un gran ataque de risa, luego de recibir la ayuda de su amigo “Catador”.