"¿Cómo nadie me decía?": Eduardo Cruz-Johnson hablará de su adicción al solarium
- Por: Matías Rivera
Esta noche, en un nuevo capítulo de “Juego textual”, Katty Kowaleczko, “Tita” Ureta, Begoña Basauri, María Jimena Pereyra, “Pepi” Velasco, “Chiqui” Aguayo, Rayén Araya y Yazmín Vásquez conversarán con el lector de noticias de los años 80 y 90, Eduardo Cruz-Johnson
El ex conductor de “60 minutos” y “24 horas”, quien estuvo 24 años ininterrumpidos conduciendo noticieros en TVN, recordará su llegada a la TV por casualidad mientras trabajaba en un banco. Según asegurará, fue a hacer una prueba de cámara al canal público y cruzó miradas con una rubia despampanante. Tras volver al banco recibe una llamada: era esa mujer, ni más ni menos que la entonces conductora del noticiario, Raquel Argandoña.
“Me dijo ‘Hola lolo, supe que viniste a dar una prueba. ¿Quieres leer noticias? Hoy a las seis tienes que estar acá’”, contará.
Eduardo Cruz-Johnson en "Juego Textual"
En torno a los noticiarios actuales, Eduardo afirmará que, aunque le encantaría seguir leyendo noticias, es imposible. “Los periodistas, porque tienen conocimientos, saben dirigir una conversación, saben terminar una entrevista, lo que nosotros no hacíamos. Antes se elegía mucha gente por el rostro y por la voz, y eso hoy no es posible. Yo no estoy preparado técnicamente para hacer un informativo”, argumentará.
Asimismo, acerca de su rol como conductor de “60 minutos”, noticiario cuestionado en los años 80 por ser usado por la dictadura para desinformar, Cruz-Johnson explicará que en esa época no se daba cuenta de lo que pasaba.
“Yo no sabía contextualizar, sólo leía un texto, no tenía noción de lo que estaba sucediendo efectivamente. Me di cuenta con el pasar de los años, leyendo, informándome, escuchando a quienes no pensaban como yo, y fue algo desastroso. Me arrepiento de haber leído noticias en esa época”, confesará.
Además, Eduardo Cruz-Johnson recordará su carrera de bombero, que partió a los 13 años y se consagró a los 15 cuando le tocó estar en un momento histórico, apagando las llamas de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. “Fue mi primer gran incendio. Recuerdo que nos fuimos caminando con la bomba por Nataniel Cox y sentía los disparos. Entramos en La Moneda, vimos descascararse los murallones que tiene y fuimos al salón azul”, señalará, agregando que en ese momento no pensó nada de lo que vio, sólo en apagar el fuego. Días después, sin embargo, empezó a tomarle el peso. “Yo vi muertos en la calle. No me daba lo mismo, me daba rabia lo que vi”, reflexionará.
Por otra parte, el locutor manifestará arrepentimiento de haber sido tan adicto al solarium por tantos años, lo que lo hacía ver permanentemente bronceado en cámara. “Ahora ya no tengo interés en broncearme, ya no tomo sol (...) Me miro en imágenes antiguas y digo: ¿Cómo alguien no me decía que no tomara tanto sol? Me encuentro gordo y quemado. ¿Cómo nadie me decía?”, señalará.
Finalmente, sobre su época más difícil, recordará que en 2005 estuvo preso por giro doloso de cheques y, además, colapsó su matrimonio y su relación con sus tres hijos. “Mi ex esposa me dijo que no me quería. Me rompió el corazón. Yo había decidido trabajar hasta los 45 años, tenía tres salones de belleza, tenía mis ingresos, tenía de todo. Se me vino el mundo abajo, no me importó nada de lo que tenía. Entré en una depresión”, rememorará, y manifestará arrepentimiento por haber dedicado tanto tiempo al trabajo y tan poco a su familia.
“Mirándolo ahora, no valió la pena. Quizás materialmente, pero si volviera atrás sería totalmente distinto. Los abrazaría, los besaría, los acompañaría, me quedaría dormido con ellos, cosa que no hice nunca”, dirá, aunque actualmente tiene una relación muy cercana con ellos y su ex esposa.