Carlos Díaz contó cómo nació su relación con Camila Videla
- Por: María Giacoman
En una nueva edición de “Juego Textual”, el actor Carlos Díaz habló de su esposa, la también actriz Camila Vida, a quien conoció en grabaciones.
Este lunes 26 de diciembre, en un nuevo capítulo de “Juego textual”, Katty Kowaleczko, “Tita” Ureta, Begoña Basauri, María Jimena Pereyra, “Pepi” Velasco, “Chiqui” Aguayo, Rayén Araya y Yazmín Vásquez conversaron al límite con el actor Carlos Díaz.
Carlos Díaz y la relación con su esposa
En la primera sección de la noche, “Campo minado”, Begoña, consultó a Carlos por su esposa, la también actriz Camila Videla, a quien conoció grabando "Adrenalina" hace 26 años.
"Me puse nervioso, era súper tímido y justo estaba haciendo teatro. Después del teatro estaba el cumple de la Ale Herrera y nos juntamos en su casa y fue como ya, esa sensación de West Side Story. Ahí empezó el baile de Juan Luis Guerra", relató.
"Las cosas se fueron dando, hay una cosa de compañero, de estar con el otro y hay amor que uno no puede explicar. Nos hemos estado acompañando, creciendo cada uno por su lado y apañando. Esa cosa de media naranja, no sé, cada uno es una naranja entera y en el camino se va complementando", argumentó.
Incluso reveló que su personaje en la teleserie se vio influido por ese romance. “Pablo (Illanes), que escribía la teleserie mientras la grabábamos, supo que estábamos pololeando y empezó a escribir una historia paralela de nosotros. 'Gaspar', que era mi personaje, salía con 'Sandra', el personaje de Aranzazú (Yancovic), y se mete 'Loreto', el personaje de Camila, quien destruye esta relación, y mi personaje empezó a tener un pololeo con ella”, recordó.
Sobre su relación con su esposa, el actor respondió que Camila ha tenido que aprender a soportar sus manías. “Yo tengo claro que estar conmigo no es fácil. Soy neurótico, maniático, me gusta mi espacio, mi soledad, mis cosas... no me gusta que me cuestionen. A mí me gusta el orden, que todo se vea ordenado. Camila es una santa”, rió, agregando que tampoco aguanta ver puertas abiertas.