Su esposo la acusaba de infiel, pero la verdad era mucho peor
- Por: Paula Muñoz
Un hombre de 54 comenzó a sospechar que su esposa le era infiel y empezó a tener celos enfermizos. Pero la realidad ocultaba algo mucho peor que una simple infidelidad.
Andy Hamilton, del Reino Unido, llevaba ocho años con Gemma, de 37, cuando decidieron casarse y formar una familia, indica The Sun.
Pero lo que parecía un cuento de hadas, pronto se transformó en algo terrible cuando el comportamiento de Andy cambió drásticamente: de ser un esposo cariñoso y dedicado, se volvió frío y desconfiado.
El radical cambio de Andy
El hombre comenzó a tener la sospecha de que Gemma lo estaba engañando, y comenzó con actitudes de celos extremos. "Su paranoia le hizo creer cosas que no eran ciertas", contó ella.
Además, dejó de cuidar a sus hijos. Lo más extraño fue cuando Andy mostró completo desinterés por el nacimiento de su cuarto hijo, Henley.
Gemma relató que en un momento incluso se negaba a realizar los cuidados básicos a su bebé:
"Le pedía a Andy que le cambiara el pañal a Henley (su hijo), a lo que él decía que le dolía la cabeza y que yo tenía que hacerlo. Al principio pensé que era una excusa y que estaba luchando por adaptarse a la vida con dos hijos pequeños", dijo Gemma.
Andy se daba cuenta de su cambio de actitud, y hasta reconocía que "todo eso estaba en su cabeza, pero no podía detener esos pensamientos".
Conocieron la verdad
Comenzaron a sospechar de un problema médico cuando el hombre se le olvidó cómo hacer su propia cama. En este punto decidieron ir a una consulta médica, pero camino allí Andy se descompuso y debió ser trasladado a un hospital.
Su situación comenzó a empeorar las siguientes horas, hasta que los exámenes lograron dar con el resultado: un tumor cerebral de glioblastoma (GBM), un tipo de cáncer que comienza con el desarrollo de células en el cerebro o en la médula espinal.
Se trataba de un diagnóstico devastador, ya que es el tumor cerebral primario más frecuente y de peor pronóstico. Pero comenzaron con el tratamiento, que incluyó una cirugía y sesiones de radioterapia y quimioterapia combinadas.
"Inmediatamente después de la operación, el humor de Andy cambió y su personalidad se parecía al viejo Andy", contó Gemma.
Actualmente, Andy aún se mantiene en tratamiento con quimioterapia luchando contra la enfermedad.