Publicidad
Una conversación a fondo con la animadora

Priscilla Vargas: “Cuando pasé a la animación, sentí una libertad de mostrarme tal como yo soy”

  • Por: Constanza Khamis
Compartir

Publicidad

La figura del matinal “Tu día” habla de su premio como Animadora del Año del Copihue de Oro 2023, haciendo un repaso por su trayectoria y el lugar al que ha llegado hoy. “Me siento una afortunada de que a través de mi esfuerzo y el mérito pude conseguir todas las oportunidades que se me han dado”, confiesa la periodista.

En marzo del 2022, Priscilla Vargas dejó su trabajo de dos décadas en el departamento de prensa de Mega, llegando a Canal 13 para liderar, en ese entonces, el programa “Aquí somos todos”. Luego, en octubre del año pasado, empezó a animar el renovado matinal “Tu día” junto a José Luis Repenning, el cual rápidamente subió su sintonía, llegando a competir a la par con sus símiles. Hoy, Priscilla pasó a la primera línea de rostros de la televisión chilena y en medio de su éxito, se sienta a conversar a fondo con 13.cl.

El año pasado te ganaste el Copihue de Oro como Reina y ahora como Animadora del 2023, ¿qué sensaciones hay de recibir este nuevo premio?

-El Copihue de Reina fue una tremenda sorpresa, porque nunca me imaginé el nivel de cariño que podía tener la gente hacia mí, sobre todo porque venía de las noticias, donde se hace un trabajo menos cercano que lo que hago ahora. Y ya por segundo año ganar un Copihue, ahora por animación, sigue siendo sorprendente… ¡qué bueno no perder esa capacidad de asombro! Porque nunca me imaginé que en un año podría obtener el premio a Animadora del Año. Para mí fue una sorpresa, estoy súper agradecida y sé que tengo mucho que aprender todavía.

Llevas un año trabajando como animadora en televisión, primero en “Aquí somos todos” y ahora en “Tu día” y ya ganaste un premio por eso, frente a figuras que llevan mucho tiempo siendo animadoras. Eso no es algo menor…

-Esto demuestra que el trabajo es diario, donde todos los días partimos de cero. Por lo mismo, todas las mañanas debemos tener la misma energía, ánimo, profesionalismo y compromiso para trabajar. Y como llevo poco tiempo comunicando de esta forma tan maravillosa que es distinta a lo que hacía en las noticias, el hecho de que la gente lo valore, para mí es un tremendo regalo.

¿Te esperabas esto tan rápido? Pasaste a estar hoy en la primera línea de animadoras de la televisión chilena…

-Las comparaciones siempre son odiosas. Más que comparar, el trabajo que yo estoy desarrollando hoy día creo que es un aporte para la televisión, porque todos tenemos distintos atributos y capacidades que terminan siendo un complemento en cada canal. Entonces, yo pienso que sumo con cualidades que quizás vienen a renovar o refrescar lo que es la animación tradicional, y mientras tengamos distintos talentos y formas de comunicación, la televisión se nutrirá de esos talentos. Más que compararme con quién lo hace igual o mejor, creo que es un aporte a la forma de comunicar que hoy día necesitamos los chilenos, y mientras más variada sea, mejor.

Y esa forma de comunicar, ¿cómo es? ¿Cuál crees que es el sello que ha hecho, por ejemplo, que hoy la gente te premie con el Copihue de Oro?

-Durante 20 años se entregaba una información unidireccional. Yo le decía algo a la gente y ellos recibían, que es lo que ocurre en un noticiero. Había muy poca interacción, y yo creo que mi paso por “Aquí somos todos” me permitió, de alguna manera, involucrarme con las personas que nos veían. Y no sólo meterme en los casos y entender y conocer al público, sino que, además, creo que ellos me empezaron a ver de una forma más humana. Siento que tanto ese programa como “Tu día”, que va todos los días cinco horas en vivo, han permitido que las personas hayan podido empezar a verme como una mujer normal, que se enoja, que se ríe y que también tiene la capacidad de análisis y de conectarse con la realidad que vivimos todos los chilenos, porque es una realidad que también me afecta y que la vivo. Y creo que comunicar desde esas mismas emociones es la razón de cómo la gente me ha recibido en el último tiempo, lo que se traduce en este reconocimiento del Copihue de Oro, por ejemplo.

“En algún minuto me di cuenta de que estaba demasiado contenida”

¿Cómo fue pasar de trabajar en noticieros a hacer un matinal? Con todo lo que eso implica…

-Es increíble, porque una en el noticiero va conteniendo las emociones. Por más que de repente nos podamos reír o echar la talla, de todas maneras siempre es contenido. Y en algún minuto yo me di cuenta de que estaba demasiado contenida, y quizás empecé a ser atípica dentro de lo que eran las conductoras de noticias… y probablemente también por eso la gente me empezó a identificar. Cuando pasé a la animación, sentí una libertad de mostrarme tal como yo soy. Son tantas horas al aire que uno no puede estar actuando cinco horas. Además, yo intento hablar desde el sentido común, sin ponerme en el lugar de porque tengo un micrófono voy a ser dueña de la verdad y voy a empezar a pontificar. Y es hablar de temas que nos afectan a todos, desde contingencia hasta lo más lúdico, que es lo que hacemos en el programa. Así he soltado esas amarras que tuve por tanto tiempo para poder comunicar de la mejor forma.

Tú llevabas leyendo noticias un buen tiempo y te podrías haber quedado ahí tranquilamente…

-Yo podría haberme quedado leyendo noticias cómodamente muchos años, pero asumí un riesgo en mi carrera, porque salí de una zona muy cómoda. Podría haber estado hasta los 50 años y un poquito más y de ahí chao y me retiro, pero emprender un desafío a esta edad, en que antiguamente las mujeres de más de 40 en televisión ya estaban pasadas, es algo muy valioso. Además que yo siento que estoy partiendo en esto y con reconocimientos, lo que es un tremendo impulso para valorar lo que uno ha hecho para atrás. Hay que valorar la experiencia en todos lados, no sólo en televisión.

Cuando dejas Mega y te vienes a Canal 13, ¿no hubo miedo en ti de dar ese paso? Porque si bien lograste triunfar, también estaba la opción que podrías fracasar, como le ha pasado a varios rostros cuando se han cambiado de casa televisiva…

-Yo tomé la decisión súper segura, no tenía ninguna duda, además de que no me iba a cualquier canal, no me iba a un canal chico que estaba partiendo. Yo salí del canal que estaba liderando, pero para mí Canal 13 es un emblema. Con “Repe” conversamos de que era como un león dormido y en el último tiempo ese león ha despertado y yo me siento parte de ese despertar. En ese sentido, a mí el respaldo me lo daba Canal 13.

Llegaste a ser parte de un matinal que, junto a “Repe” y el equipo de “Tu día”, lo volvieron muy competitivo, ¿qué te pasa con eso?

-Yo no hubiese sido capaz de pasar de las noticias a la animación del matinal sin la transición del “Aquí somos todos”, que fue fundamental porque me permitió conectarme con mis sentimientos y expresarlos. Y esa fue tremenda capacitación, por decirlo de alguna manera, para estar hoy en “Tu día”, y me ayudó mucho reencontrarme con mi compañero de tantos años, que además, es mi amigo. La seguridad en este trabajo me la da él, porque lo conozco, conozco sus sentimientos y él también sabe sacar mis talentos. Además, el equipo es clave, uno es la cara visible del gran trabajo de muchas personas que componen “Tu día” y ellos finalmente son los responsables de lo que hemos conseguido, por lo que este premio también es de ellos. En “Tu día” venimos a trabajar, pero siempre con la premisa de disfrutar y pasarlo bien, y eso creo que ha sido trascendental a la hora de llegar a conectar con el público.

En base a lo que hemos conversado, me imagino que años atrás, ¿no te imaginabas como animadora?

-¡No! Antes no me imaginaba como animadora. De hecho, en Canal 13 me ayudaron mucho en lo que es el proceso de pasar de conductora de noticias a la animación, porque es totalmente distinto. Es hablar frente a la cámara de otra forma, moverme en una escenografía libremente, no es ese plano fijo y cerrado donde ojalá no aletees mucho porque tus manos saldrían del plano. Aquí hay absoluta libertad, y eso tuve que aprender a hacerlo. En ese sentido, tuve una muy buena coach, Pamela Díaz (Productora ejecutiva de “Tu día”), que es alguien que sabe perfectamente cómo tiene que comunicar un animador. Entonces, uno tiene que tener la humildad de que falta mucho por aprender, porque a pesar de que he estado 20 años en televisión, no me las sé todas. Lo que yo puedo recibir en cuanto a sugerencias o críticas constructivas, las recibo y agradezco siempre, porque en eso sí que soy súper buena alumna. Le hago caso a la gente que sabe, así como me doy cuenta de los que tienen mucho talento y trato de aprender todos los días de ellos. 

Y todo esto que ha pasado contigo en televisión en el último año, ¿cómo lo vives más allá del ámbito laboral?

-La televisión es compañía y al ver un matinal, la gente se conecta con personas reales, iguales a ellos. Sienten que somos parte de su familia. A mí antes, cuando me saludaban en la calle, me decían ‘¡ah!, sí, tú eres la de las noticias’, y ahora no es ni siquiera solo por mi nombre, sino como si fuera una amiga, como un miembro de su familia. Y eso es súper gratificante, que te saluden de forma tan cariñosa, porque uno no tiene ese cariño comprado, uno se lo tiene que ganar todos los días. Por eso es que hay una responsabilidad diaria.

O sea, ha habido un cambio en la relación de la gente contigo…

-Ahora la gente en la calle se siente con libertad y confianza de acercarse, porque me ven como buena onda y que me río, o sea, que soy igual que ellos. Lo que más me dicen es ‘usted es igual que en la tele’. Y eso a mí me encanta, porque al final la televisión tiene que ser un reflejo de la realidad. Son personas que me dicen ‘yo la veía cuando estaba en las mañanas y salía a las calles, y me encanta que hoy le esté yendo tan bien, porque se lo merece’. Entonces, no es que yo haya aparecido de un día para otro en la animación. Es una carrera súper larga, pero bonita y enriquecedora. Esa carrera de sacrificio, de esfuerzo, de estar con la gente y de ensuciarme los zapatos, me ha ayudado a que la gente de verdad crea en mi trabajo, porque no llegué de un día para otro al lugar donde estoy hoy. Hay una construcción detrás, y eso es lo que valora la gente. 

Hay una meritocracia en tu carrera y eso, sin duda, debe identificar a muchas personas…

-Cuando hablamos de un país meritocrático, yo creo que hacia eso tenemos que apuntar. Yo me siento una afortunada de que a través de mi esfuerzo y el mérito pude conseguir todas las oportunidades que se me han dado. Y ese es otro punto, el de aprovechar las oportunidades. Yo todos los días llego a la casa y estudio, estoy conectada en las reuniones de pauta, me leo los diarios apenas aparecen y siempre estoy leyendo y estudiando. No llego en blanco, porque todos los días siento que rindo un examen, ahora uno más entretenido y que disfruto mucho. Literalmente todos los días me pongo a prueba, y eso tiene que ver con el compromiso y la responsabilidad que uno asume al momento de estar en un programa de estas características.

“Mi inseguridad ha terminado siendo un tremendo cable a tierra”

A tus 44 años y con lo que has logrado, ¿qué balance haces de tu vida? De esa niña que pasó a ser un importante rostro de Canal 13…

-De verdad me siento súper orgullosa. Es que mi vida no es muy distinta a la de todos los chilenos y creo que es representativa de ese esfuerzo. Hace tres años si me hubieses preguntado si yo podía hacer algo como un matinal o dedicarme a la animación, te habría dicho que ninguna posibilidad, era algo impensado. Yo decidí estudiar periodismo el día que di la Prueba de Aptitud. Cuando empecé a estudiar periodismo quería hacer reportajes porque mis grandes referentes eran Alipio Vera y Julio López Blanco, ellos hacían reportajes en donde hablaban de forma simple y conectaban con las emociones, porque ellos eran muy buenos contadores de historia… y eso quería hacer yo. No era un periodismo duro e incisivo. En algún minuto de mi carrera fui editora de noticiarios y yo podría haber hecho mi carrera siendo editora, pero en un momento me pusieron en cámara y empecé a prepararme para cada vez que me ponían en cámara yo hacerlo mejor. Por eso te digo que uno va descubriendo talentos en la medida que avanza en la carrera, y junto con eso hay que aprovechar las oportunidades. Yo cuando empecé a leer noticias nunca dejé de hacer terreno, y eso creo que es un plus para los nuevos conductores de noticias.

En tu vida más allá de la televisión, cuando te miras al espejo, por ejemplo, en tu casa, ¿hoy te sientas más exitosa y segura? Animas un matinal con buena sintonía, eres un rostro importante de Canal 13 y todo indica que seguirás subiendo…

-Es que nunca lo he visto así, porque eso es parte de mi inseguridad. Mi inseguridad siempre la vi como un defecto, pero siento que mi inseguridad ha terminado siendo un tremendo cable a tierra. Gracias a esa inseguridad valoro mi entorno, a mis compañeros y entender que lo que logramos de verdad es un trabajo en equipo, que ellos se sacan la mugre, y siento que estoy tan respaldada que si a mí me falta una información o algo, están ellos para ayudarme. Siento que es un vals que baila todo el equipo junto y si uno desentona, en el resultado se nota. Y quiero agregar otra cosa que me pasa con la inseguridad. Yo tenía siempre la preocupación de no equivocarme en cámara y creo que ahora al humanizar lo que uno hace, si me equivoco, me río o corrijo, ¡y nadie se murió! Ese miedo de equivocarme sin sentir el peso de que me van a juzgar porque no estoy preparada, ya se me quitó, y al final eso a mí me da la confianza de hacer un trabajo libremente y todo fluye. Antes me preocupaba mucho de eso porque no quería quedar como desinformada o ignorante, pero ahora ya no, ahora pregunto desde la ignorancia, ‘pero usted como experto, ¿me puede explicar cómo es esto?’… entonces ya sé cómo manejar esto y nadie se muere porque yo no soy especialista en todo. En ese sentido, si voy a preguntar, también es válido que yo no sepa de ese tema, porque para eso hay un experto que me va a explicar.

Y, por último Priscilla, ¿qué te gustaría para tu futuro?

-El futuro me ha dado tantas sorpresas que prefiero no esperar. Lo único que espero es que el futuro me dé oportunidades y yo tener la capacidad de poder aprovecharlas, como ha sido hasta ahora.

 

 

 
Publicidad