Patricia Rivadeneira habló de su historia de amor y su vida familiar en "De Tú a Tú"
- Por: Matías Gálvez S.
La destacada actriz nacional fue la cuarta invitada de la actual temporada del programa de conversación.
Este viernes 9 de agosto, el cuarto capítulo de la cuarta temporada de "De Tú a Tú" por el 13, tuvo de invitada a la actriz Patricia Rivadeneira, quien repasó su vida y su carrera con Martín Cárcamo.
La doble vida de Patricia Rivadeneira en Chile e Italia
La actriz le mostró su departamento al animador, contando que se mudó ahí al regresar de Italia, país donde vivió por 10 años, primero como agregada cultural de la Embajada de Chile y luego como directora cultural del Instituto Ítalo-Latinoamericano de Roma.
Sin embargo, reveló que conserva una casa en la Toscana italiana. “Italia está más barato que Chile, mi casa es un castillo pero mucho más barata que este departamento. Está en un pueblito medieval a una hora y media de Roma. Nadie vive en ella ahora, es como una casa museo, está disponible para los amigos”, contó la actriz de teleseries como “La intrusa”, “Sucupira” y “Perdona nuestros pecados”.
Junto con ello, mostró algunos objetos que decoran su casa, incluyendo un álbum de fotos antiguas, un antiguo escritorio perteneciente a su abuelo materno y una escultura que le dio el psiquiatra Claudio Naranjo. “Él es mi maestro espiritual, me salvó la vida. Yo era una persona con mucho estrés, mucha ansiedad, había pasado una depresión larga, y él me ayudó a encontrar un camino", comentó.
Emparejada desde 2001 y casada desde 2006 con el artista romano Andrea Orsini, la actriz definió a su marido como “un hombre del Renacimiento”, que cocina, decora y hace de todo. Consultada por Martín sobre si pensó alguna vez enamorarse, Patricia Rivadeneira confesó que “yo pensé que nunca me iba a casar. Nos casamos en Roma en un templo pagano, en el lugar más lindo donde alguien se puede casar. (…) Llevamos más de 20 años, no nos hemos separado, es como un milagro. Estamos en un buen período”.
La dura infancia de Patricia Rivadeneira
Patricia Rivadeneira Ruiz-Tagle nació en Santiago y se crió en una casa de campo en Colina con sus hermanas Magdalena y Piedad en el seno de una familia conservadora y católica. “Éramos de misa dominical, muy antiguos”, definió. Todo cambió para ella a los 11 años cuando sus padres se separaron, tras varios años de problemas por el alcoholismo de su padre.
“Tuve una niñez no muy alegre, no fue fácil. Mi papá tuvo una vida triste porque fue alcohólico, no logró salir de eso, estaba como prisionero. Era alguien que vivía una vida muy inconsciente, sin poder tomar muchas decisiones ni tomar las riendas de su vida. Me empezó a dar miedo mi papá porque no tenía control. Y lo más terrible era el abandono”, confesó Patricia.
Según recordó, su relación con su progenitor se mantuvo distante durante toda su infancia. “En esa época era como una vergüenza social, yo no le podía decir nada a mi papá, era algo que había que esconder en todas partes. Mi mamá tuvo que trabajar para mantener la casa sin ninguna preparación para eso, y vivió discriminación, por ejemplo las mujeres separadas no podían comulgar y ella era mal vista por su propia mamá, porque el mandato era aguantar todo. Recuerdo haberle dicho alguna vez a mi mamá que prefería que el papá no volviera”, rememoró la intérprete.
Finalmente su padre cayó enfermo y decidió rehabilitarse, ya siendo mayor, diciendo sobre eso que “nosotras ya éramos adultas, y él empezó a dar testimonio de su enfermedad a otros pacientes. Eso fue algo importante para él, creo que no se daba cuenta de lo grave de su enfermedad. Fue ahí cuando tuve una relación más grande y compinche con mi papá”.
La rebelde Patricia Rivadeneira
Para Patricia, el rompimiento de su familia fue clave para formar su personalidad. “Si mis padres no hubieran sido el desastre que eran, mi padre enfermo y mi madre con un carácter difícil, yo no sería la que soy. Toda esa ruptura, ver que todo lo que se suponía no pasaba en mi casa, me dio la fuerza para romper con esa tradición y ese mandato del mundo adulto”, contó.
Así fue como ese mismo año de la separación, que coincidió con el Golpe de Estado, Patricia empezó a rebelarse y fue expulsada de las Monjas Ursulinas. También en su nuevo colegio, las Monjas Inglesas, tuvo otro gran acto de herejía. “Yo era muy estudiosa, me gustaba la religión y empecé a estudiarla muy seriamente y a hacer preguntas sobre los dogmas. Y las respuestas eran muy malas, el cura era muy fome, evadía y respondía mal. Entonces decidí no confirmarme, fui la única del colegio en no confirmarme de las 300 alumnas”, desclasificó Rivadeneira.
En esos años, siendo adolescente, ya no seguía los mandatos de la tradición familiar: “Me juntaba con todos los que echaban de los colegios, eran mis amigos favoritos. Nos portábamos mal, fumábamos pitos. Yo estaba muy rebelde, era difícil pararme”.
Saliendo del colegio decidió estudiar Teatro, lo que acrecentó la distancia con su círculo familiar. “Mi abuela dijo que ser actriz era como ser bataclana, y tenía razón”, rió. Sin embargo no terminó la carrera pues fue reclutada muy joven en teleseries, partiendo en 1986 con un rol protagónico en “Secreto de familia”, de Canal 13.
Además empezó a hacer teatro experimental con Vicente Ruiz, sumergiéndose en la contracultura de finales de los 80. “Al salir del colegio descubrí que había detenidos desaparecidos y que estábamos en una dictadura. Entonces en el movimiento de la contracultura encontré a gente parecida a mí, una familia. Era una familia muy luminosa, donde la diferencia no era castigada”, recordó sobre esa época.
Su consolidación vino con la creación del colectivo “Cleopatras”, que formó con la bailarina Cecilia Aguayo, la artista visual Jacqueline Fresard y la bailarina Tahía Gómez, apadrinadas por Jorge González, de Los Prisioneros.
Patricia Rivadeneira y su gran polémica en los años 90
En 1992 Patricia Rivadeneira fue tema nacional cuando, trabajando con Vicente Ruiz, organizaron una performance durante un desfile convocado por diseñadores de moda para llamar la atención por los enfermos de Sida en el Museo de Bellas Artes. En la performance, titulada “Por la cruz y la bandera”, Patricia aparecía crucificada desnuda y cubierta por una bandera chilena, lo que generó un escándalo y varias portadas de diarios.
“Yo estaba en la playa con un pinche y veo esta cuestión. Yo juraba que había sido estupendo, me había ido a la playa a celebrar. Y veo esta portada y caché que se venía hardcore. Me tuve que esconder en el departamento de no sé quién, era una verdadera persecución. Amenazaron con hacernos una querella, casi con meternos presos, hubo amenazas terribles, me asusté mucho. Amenazaron al pobre Nemesio Antúnez, que era director del museo”, recordó, reflexionando que habían hecho muchas performances como esa, pero nunca habían sido noticia.
“La cruz y la bandera eran los símbolos de los poderes fácticos y no le pertenecían a una mujer, menos si estaba desnuda. Esto fue poco después de la llegada de la democracia, y algunos lugares de poder seguían administrados por los mismos de siempre. Toda esta prensa reaccionaria usa este desfile para atacar las políticas culturales del gobierno democrático, como diciendo ‘Esto trae la democracia’”, reflexionó la actriz al respecto, quien sin embargo no dejó de hacer presentaciones como esa en los años siguientes.
A ello le siguió una carrera en teleseries de TVN como “Trampas y caretas”, “Rompecorazón”, “Estúpido cupido” y “Aquelarre”.
Patricia Rivadeneira recuerda al fallecido padre de su hijo
Patricia recibió un saludo de Tahía Gómez, quien le recordó cómo ambas vivieron la maternidad mientras recorrían Chile haciendo performances con las “Cleopatras”. En torno a eso, la actriz recordó su embarazo a los 22 años, de su único hijo, Adriano, con el pintor Carlos García.
“Yo conocí al papá de Adriano y sentí que con él iba a descubrir una nueva forma de hacer familia. Él era artista y salvaje, lo encontraba tan guapo, era súper libre, venía de España, le gustaba el punk español, cocinaba regio. Fue mi único embarazo y fue un drama para mi familia, por ser mamá soltera. Mi mamá lo pasaba mal con su familia y sus hermanos, pero en mi ambiente no era tema”, contó.
Sin embargo, la relación duró sólo un año. “Yo nunca pensé que iba a ser algo para siempre. Yo quería seguir mi camino y ya no estaba enamorada”, reflexionó, y recordó el fallecimiento de Carlos años después.
“Él tuvo un accidente el año en que nos fuimos a Italia y falleció. Fue un año súper duro, el mismo en que murió mi papá. Ahí me di cuenta que teníamos una simbiosis casi física. Fue una tragedia, sentí muchísimo su pérdida. Cuando vinimos a Chile hicimos el rito de despedirlo”, rememoró.
Sin embargo, su vida no estuvo exenta de relaciones sentimentales complicadas. “No viví abuso, pero sí tuve relaciones con hombres maltratadores. Parejas muy violentas, y dos o tres veces me golpearon, y yo lo acepté en ese momento. Y si tuviera que ponerme a pensar en las insinuaciones o abusos de poder en el trabajo, tendría que hacer una lista larga. Yo era de carácter fuerte y fui tachada de conflictiva por poner límites, pero vi en nuestro medio cosas bastante horribles que espero que no sigan pasando. Los sets de teleseries eran súper machistas, y eso cambió hace muy poco”, enumeró.
La historia de amor de Patricia Rivadeneira y su esposo italiano, Andrea
Entre 2001 y 2011 la actriz vivió en Roma junto a su hijo Adriano, alejándose de la actuación. En ese período fue cuando conoció al hombre con el que terminó casándose, el artista italiano Andrea Orsini.
“Lo conocí en una galería de arte, yo estaba en una inauguración, nos miramos, se acercó y me habló. Yo me iba a Nápoles al día siguiente, se ofreció a llevarme, íbamos a la misma fiesta de un galerista importante, en un cerro. Estábamos en esta ramada con gente chic y yo estaba con él, me encantó, y nunca más nos separamos. Fue un amor a primera vista”, aseguró.
Como reveló el mismo Andrea, sumándose a la conversación, él había oído de la existencia de Patricia. “Me habían hablado amigos de la llegada a Roma de esta estrella chilena. Me habían prometido presentármela. Cuando llegó, entró y tenía algo de etéreo. Yo soy muy tímido, no avanzo con cualquier mujer, pero la vi tan guapa y cruzamos los ojos y eso fue fatal”, recordó.
Adriano, quien ahora es un historiador de 36 años, indicó por su parte que su primera impresión de Andrea fue positiva. “Cuando lo conocí no me cayó mal. Yo tenía 14 y era celoso, pero igual enganchamos. Es muy inteligente y me educó mucho. Cuando uno está creciendo es importante tener gente culta e inteligente al lado, y él lo es”, admitió.
De ahí vino el matrimonio en 2006, en un sitio arqueológico en el centro de Roma. “Mis testigos fueron Adriano y mi psicóloga”, recordó Patricia, agregando que no tuvo luna de miel. “Andrea no me invitó ni a un café, porque tenía que trabajar”, rió.
Su rutina actual es muy particular, ya que viven entre Santiago y Roma, sin asentarse, y tratan de mantener su independencia. Todas las mañanas Andrea se levanta al amanecer y le lleva un capuccino a la cama a Patricia. En la noche, ella se acuesta antes y él llega a la cama cuando ella ya duerme. “Le aconsejo a todas las parejas hacer eso. Cuando ella se duerme no voy a encontrar a una persona neurotizada sino a la Patricia de siempre, su alma. Y cuando está durmiendo nos abrazamos e intercambiamos energía”, indicó Andrea.
“De tú a tú”, cuarta temporada todos los viernes a las 22:30 horas por las pantallas del 13.
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