Leonor Varela en "De Tú a Tú" y la muerte de su hijo: "Nos dijeron que probablemente iba a vivir un año"
- Por: Carlos Cornejo
Esta noche después de “Teletrece central”, un nuevo capítulo de “De tú a tú” por el 13 tendrá a Martín Cárcamo conversando con la actriz Leonor Varela.
La reunión se llevará a cabo en un hotel donde Leonor Varela se queda cada vez que está en Chile. “Vivo en un pueblito muy chico en California que se parece al Valle del Elqui. La calidad de vida es muy buena. Yo soy parte del fenómeno mundial de la gente que post pandemia no quiso más de ciudades”, contará sobre su actual vida en Estados Unidos.
Una niña solitaria
Nacida en Chile un 29 de diciembre, Leonor tenía menos de un año de vida cuando tuvo que dejar el país. “Después del golpe de Estado mi papá se enteró de que lo andaban buscando, así que su vida estaba en peligro. En condiciones precarias, mis papás vendieron lo que pudieron y nos fuimos a Costa Rica, que es donde alcanzó la plata”, relatará.
Efectivamente, el golpe de Estado significó un desarraigo muy fuerte para su familia. “Mi abuelo materno, Daniel Palma, es detenido desaparecido. Yo tenía 5 años cuando pasó. Sólo recuerdo el dolor de mi madre, y con los años y con otros testimonios supimos que lo detuvieron, lo torturaron en Villa Grimaldi y lo tiraron al mar. Su nombre está ahí”, revelará.
Tras su partida de Chile, los Varela vivieron errantes en diferentes países del mundo, donde fuera que su padre, el destacado científico Francisco Varela, consiguiera trabajo académico.
“Mi papá se graduó de Harvard becado a los 24 años. Era un genio, era de las personas más inteligentes que he conocido en mi vida. Y aunque tenía una gran inteligencia intelectual, no tenía una gran inteligencia emocional. El corazón no era su punto fuerte”, confesará Leonor, quien de niña se crió muy solitaria, como niña inmigrante, siempre de paso.
Recién a los 8 años regresó brevemente a Chile y conoció a sus otros abuelos y tíos. “Ahí se me abrió un mundo y entendí lo que era la familia. Estuve más cerca de mi abuelo Raúl Varela, una persona de campo, cálida, que fue todo lo que mi papá no pudo ser para mí, ese amor incondicional, esa constancia, esa presencia. Porque en otros países éramos inmigrantes muy solitarios, crecí muy sola. Mi perro, para mí, fue todo en mi infancia”, recordará.
“Mi papá era un ídolo para mucha gente, pero para mí era mi papá. Cuando la gente es muy genial por un lado, tiene lagunas muy grandes por otro. Él no supo estar en forma incondicional como estuvo mi abuelo”, concluirá sobre su padre.
Independiente y rebelde
Su sentimiento de soledad se acrecentó a los 13 años cuando sus papás se divorciaron. “Después de volver a Chile nos fuimos a Alemania, a Francia, y hubo mucho desgaste entre mis papás. Varias veces se separaron y volvieron. Finalmente mi papá conoció a otra mujer, una gringa, y se divorciaron. Fue muy difícil para mí porque me quedé sola conmigo”, repasará.
El tener menos supervisión parental hizo que Leonor se independizara tempranamente. “En París estuve expuesta a muchas cosas, estimulada por muchas cosas, empecé a vivir mi vida de agrandada, a los 14 empecé a trabajar. No quería que me controlaran, fui rebelde con R mayúscula. Eso te habla de una cabra muy sola y tonta, porque no había nadie para protegerme porque estaban mis dos papás muy pendientes de sus cosas. Pero no me arrepiento porque eso me hizo ser la mujer fuerte y resiliente que soy hoy”, reflexionará.
A los 17 años se fue a vivir sola y entró a estudiar Historia en la universidad, mientras tanto ganaba plata trabajando de modelo. “Trabajaba en salones. Como tenía una presentación amable y hablaba cuatro idiomas me paraba en la entrada y recibía a la gente. En esa época me puse en situaciones complejas. Fueron momentos difíciles donde entendí de qué estaba hecha, cuáles eran mis herramientas y qué iba a aceptar y a no aceptar”, recordará.
De “Tic-Tac” a DiCaprio y “Blade 2”
Finalmente Leonor encontró el teatro y aprendió a conectarse consigo misma mediante el arte. “Para mí fue una salvación de alguna manera, empecé a entenderme y a armarme”, reconocerá.
Tras hacer un videoclip de Sting para la canción “Let your soul be your pilot” y la película francesa “Inca de oro del norte”, Leonor empezó a aparecer en la prensa chilena como la desconocida actriz nacional famosa en Francia. Entonces empezó a tener ofrecimientos para regresar al país.
“Me empezaron a llamar para teleseries. Yo no sabía lo que eran, no crecí con teleseries. Acepté hacer ‘Tic-Tac’ y ahí yo hablaba toda afrancesada, porque no había vivido en Chile más que un par de años en mi vida”, reconocerá Leonor.
Tras esa teleserie de TVN Leonor regresó a Europa y fue convocada a proyectos de Hollywood como la película “El hombre de la máscara de hierro”, con Leonardo DiCaprio, la miniserie “Cleopatra”, y la cinta de vampiros “Blade 2”. También tuvo carrera en Chile, destacando en películas como “Paraíso B” y en la telenovela de Canal 13 “Feroz” en 2010.
Casi en Playboy
En esa época fue cuando tuvo el más lucrativo ofrecimiento de su carrera. “Después de salir en ‘Cleopatra’ Playboy me ofreció mucha plata para estar en una portada. Era más de lo que me habían pagado jamás en mi vida. Dije que no porque no iba a ser feliz, no me iba a sentir cómoda”, contará la actriz, agregando que no fue por pudor.
“No soy pudorosa, la visibilidad del cuerpo no me complica. Me crié en Francia, y allá las mujeres no usan sostén en la playa, la pechuga no es tema. Pero la sexualización de la belleza es algo que me incomodaba mucho. Creo que ‘Cleopatra’ me ayudó para usar la belleza como una forma de poder, como un don, algo que te cambia para bien y que es una expresión de la divinidad interna”, reflexionará Varela.
La muerte de su padre
Fue en uno de los momentos más álgidos de su carrera cuando su padre falleció. Todo partió a mediados de los 80, cuando una transfusión de sangre derivó en una hepatitis B, y luego en cirrosis y en cáncer al hígado. El científico no quiso vivir con quimioterapia y duró 15 años.
“En 2001, mientras yo filmaba ‘Blade 2’ en Praga, me avisaron que estaba mal en París. Entonces le pedí al director Guillermo del Toro que me dejara ir a París para despedirme. Movió los horarios de filmación y me dio un día, de domingo por la noche a lunes por la noche. Y el martes en la mañana de nuevo en el set, vestida de cuero y con colmillos filmando”, contará la actriz sobre ese momento, destacando la entereza que el científico mostró.
“Se fue con una postura muy entera, sin miedo y muy en la aceptación de lo que significaba partir. Fue por haber cultivado su afinidad por la tradición budista y la meditación tibetana, que te dice que no te hagas el loco, si nos vamos a morir todos. Para que no te pille con los pantalones abajo debes hacerte amigo de la muerte, porque la entrada y la salida de este mundo tiene que tener el mismo grado de conciencia del amor”, relatará Leonor.
Sobre la ausencia de su padre en su vida, la actriz reconocerá que lo extraña. “Fue un golpe duro y creo que lo echo de menos. Pero lo siento muy presente, lo siento muy acá. Todos los días me levanto y saludo a los seres que no están, tengo un vínculo abierto con ese mundo. De hecho, a Matteo le puse ‘Varela’ como segundo nombre, para que pudiera llevar a mi papá en su documentación y lo tuviera siempre presente”, comentará.
Los hombres a los que les dijo no
Anecdóticamente, la actriz tuvo varios ofrecimientos de matrimonio en su vida, y rechazó los tres primeros. El segundo fue a los 27 años y fue por parte de su entonces novio y coprotagonista en “Cleopatra”, el estadounidense Billy Zane.
Al respecto, Leonor contará que el villano de “Titanic” le pidió matrimonio de una manera que ella odió. “Fue todo mal, me lo pidió como no hay que hacerlo. Él estaba ensayando una obra en San Diego, entonces me invitó y empieza a cantar una canción, se da vuelta, se acerca, se me arrodilla y me da el anillo frente a todos. Yo no entendía nada, se lo acepté, pero me dio crisis de pánico y en la noche se lo tiré a la cara”, rememorará.
Finalmente sí le aceptó el anillo, pero no se casó con él. “Yo no sabía que hay una diferencia de idiosincrasia, porque yo a él le decía ‘fiancé’, que en francés significa pololo o novio, pero en Estados Unidos ‘fiance’ significa ‘prometido’, y con decirle así él entendía que yo quería que me pidiera matrimonio”, relatará.
Años después también tuvo un ofrecimiento matrimonial de Anthony Mandler, un director de videos famoso por trabajar con Rihanna. “Le dije que sí, pero nunca me proyecté con él con familia o hijos. Me di cuenta de que no quería tener hijos con él”, reconocerá, agregando que sólo con Lucas Akoskin, su ex esposo, sintió esas ganas de ser madre.
Leonor Varela y Matteo
Su primer hijo, Matteo, lo tuvo a los 39 años. “Fue al primer intento, yo lo deseaba mucho. Antes incluso pensé en tener un hijo sola. Fue un embarazo de unicornio, feliz, sano, fácil, seguí trabajando feliz, creyéndome en la cima de mi carrera, de mi amor, en las nubes”, indicará la actriz.
Y aunque Leonor creía que su vida iba a seguir igual que antes siendo madre, no fue así. “Muy pronto me di cuenta de algunos problemas, fue todo difícil. En el último mes a veces lloraba, como que percibía que algo no iba bien. Luego, el parto no fue como esperaba, porque quería que fuera en casa pero no hubo caso y tuvo que ser cesárea. Y después cuando nació era todo muy difícil, costaba que durmiera, vomitaba, no subía de peso. Yo sentía que algo no iba bien”, recordará.
Cuando el niño tenía cuatro meses le hicieron testeos y tuvieron un diagnóstico brutal: Matteo padecía de Leucodistrofia AGS, una desorden genético que genera inhabilidad de la mielina para formarse, de modo que el impulso eléctrico no pasa al cuerpo. Es tan raro que dos personas tengan ese mismo gen que se da en un caso en un millón.
“Nos dijeron que probablemente iba a vivir un año de vida. Fue un golpe como un puñetazo y literalmente me caí para atrás. Vi a mi marido derrumbarse”, reconocerá Leonor.
Finalmente adquirió fortaleza de una manera inesperada. “Con Lucas nos fuimos a hacer una ceremonia de ayahuasca uno al lado del otro. En ese viaje vi mi corazón como un pajarito muerto en el suelo, la planta lo soplaba y revivía. Se me abrió el corazón y logré sentir y aceptar este dolor. Después de eso nos miramos y dijimos ‘Va a estar todo bien’. Ese fue mi norte durante toda su vida, la confianza de que aunque las cosas no sean como yo quería, todo iba a estar bien”, sostendrá.
Matteo falleció en 2018 a los 6 años. Según Leonor, ella podía comunicarse con él y supo de antemano lo que sucedería. “Yo siempre supe lo que él quería hacer y lo que era importante para él. Una mañana desperté a las 5 de la mañana y me dijo ‘Estoy cansado, mi cuerpo necesita descansar’. Y me dejó tres meses para preparar y aceptar su partida”, recordó sobre el momento, agregando que trató de enfrentarlo como su padre enfrentó su propia muerte.
“Yo estaba muy preparada y muy entera, sosteniéndolo hasta el final y prometiéndole que yo iba a estar bien, que no tenía que quedarse aquí por mí. Es una de las cosas más generosas que he hecho en mi vida. Se fue y lo sentía tan presente que no aullé como lobo, no sentía pena, lo veía corriendo por la playa, jugando, estaba en un estado de semiéxtasis. Su partida en casa fue como el parto en casa que no pude tener. Ahora todos los días me levanto y le digo ‘buenos días’. Es parte viva de mi vida”, sostendrá.
“Mi hijo me cambió por completo. Yo era mucho más arrogante, me faltaba humildad y tenía mucho miedo”, concluirá Leonor, quien fue madre nuevamente de Luna, actualmente de 10 años, y este año anunció su separación de su esposo, tras 14 años juntos.
“De tú a tú”, nuevo capítulo de la cuarta temporada hoy a las 22:30 horas por las pantallas del 13 y todas sus plataformas.
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