En De Tú a Tú el político y exatleta, Sebastián Keitel, se refirió a su salud mental y a cómo enfrentó una profunda depresión.
En una conversación íntima con Martín Cárcamo, el ex velocista Sebastián Keitel contó que luego de tres cortes de tendón de Aquiles colgó sus zapatillas y decidió retirarse. Al dejar de correr su salud mental comenzó a deteriorase y entró en una compleja y profunda depresión.
Tras llegar a Chile para operarse y consecuentemente retirarse, Sebastián confesó que comenzó a sentir, de un día para otro, que nadie lo valoraba.
“Sentía que mi señora (ex esposa) ya no me quería, que los auspiciadores ya no me querían, que no iba a volver a nunca más a correr, que la gente ya no me admiraba, que ya no era el que quería ser para mi familia”, fue parte de la revelación que realizó Keitel, refiriéndose a los pensamientos que lo invadían en aquellos entonces.
A esto, agregó que comenzó a sentir “que era nada, que no era nadie. Y así han sido los últimos 19 años donde he tenido que luchar contra una depresión grande que se me gatilla en momentos que me lleva muy arriba y a veces me lleva muy abajo. Y llevo 19 años manteniéndome con medicamentos no más, y entendiendo lo que significa la salud mental en Chile”.
Producto de su profunda depresión Keitel decidió irse a vivir solo a Estados Unidos por cuatro meses.Todo esto ocurrió cuando su hija Elisa tenía tan solo seis meses y su hijo Sebastián tres años.
Respecto a cómo fue su estadía en Estados Unidos, el exatleta confesó que “no hacía nada, estaba todo el día dentro de una pieza llorando”.
Cuando regresó de Estados Unidos se fue a vivir con su madre. Un mes después conoció a su actual esposa, Bernardita, de quien no se separó nunca más.
Precisamente, su actual pareja lo ayudó en su proceso y le abrió los ojos. Llevan 18 años juntos y Sebastián Keitel está completamente enamorado y agradecido de ella.
Sobre los resultados que provocó el tratar su depresión, el exatleta confesó que: “Me he reconciliado mucho conmigo, aprendí a quererme, no me quería. Aprendí a quererme, aprendí a respetarme, a aceptarme”.
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