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"Me decían que entrara la guata": Carolina de Moras reveló el lado más duro del modelaje

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Este domingo 16 de julio en “De Tú a Tú”, Martín Cárcamo tuvo una íntima conversación con la animadora, Carolina de Moras.

Nacida en Osorno de dos ingenieros químicos que viajaron al sur a probar suerte en lecherías, Carola se crió en un ambiente de mucho campo. “Una vida súper natural, súper wild, al aire libre, aperrada con las condiciones climáticas, mucho pasto, muchos árboles”, recordó, agregando que, siendo la única mujer de tres hermanos, tuvo que aprender a integrarse en actividades “varoniles” desde siempre. “Tenía que estar en todas: buena para jugar fútbol, buena para la pelota, ser aceptada, no llorona, no la cabra chica que molestara”, dijo.

Tras mudarse a Santiago la vida de Carolina de Moras cambió, y en su nuevo colegio fue víctima de bullying. “En la gira de estudios tomaban mi ropa interior de mi bolso y la colgaban de las ventanas. También tomaron mi cámara de fotos antigua de mi abuelo, que era con rollo, y me velaron todas las fotos. Fue tan doloroso que llamé a mis papás y les dije que no aguantaba más, y me devolví de mi gira de estudios”, confesó.

La carrera como modelo de Carolina de Moras

Al darse cuenta de su altura y belleza, no tardó en interesarse en el modelaje. Según recordó, ella misma se ofreció a una agencia de modelos. “Pensé en ganarme unas lucas. Me arreglé, me puse una blusa de mi mamá. Hoy me veo y pienso ‘¡¿Cómo me contrataron?’, pero al parecer me vieron potencial. Esto fue en febrero y ya en abril era portada de 4 revistas”, recordó.

Desde entonces su futuro quedó claro: quería salir de Chile y modelar por el mundo. “Tuve que emborrachar a mi papá y hacerlo firmar un permiso notarial para que me dejara salir del país a los 17 años”, recordó. Su primer destino fue Miami, donde arrendaba un departamento junto a otras cuatro modelos, incluida Ángela Prieto. Luego se fue a vivir a Europa.

“Cuando llegué a vivir a Italia, por la ansiedad, me puse a comer galletas y pizzas hasta reventar. Subí 10 kilos, y me había ido a trabajar de modelo con la agencia Elite. A la hora de tomarme fotos me decían que entrara la guata. Tuve que empezar a hacer deporte”, rememoró. Sin embargo, comenta que los trastornos alimenticios entre sus compañeras eran frecuentes. “En la casa donde yo vivía con otras modelos, las niñitas vomitaban como locas, me acuerdo que comíamos y varias partían al baño. Yo, ingenua, pensaba que les había caído mal la comida”, recordó.

Finalmente regresó a Chile por amor, ya que estaba saliendo con Claudio Khamis, quien se convertiría en el padre de su hija. “Él quería una relación más aquí que a distancia. Además nunca quise ser una súper modelo top, quería recorrer el mundo y viajar, pero la vida nómade me tenía cansada. Estaba súper sola”, explicó Carolina sobre su decisión: “Yo estaba súper enamorada, lo miraba y lo amaba con todo mi ser. Me sentía pololeando con un súper hombre”.

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