En la edición 2023 de Congreso Futuro, conversamos con Pilar Carvallo, Doctora en Ciencias con mención en Biología y genetista, quien ha dedicado su vida al estudio de la genética del cáncer.
Carvallo es profesora titular de la Pontificia Universidad Católica de Chile y desde 1998 ha liderado proyectos para investigar las bases moleculares del cáncer de mama, así como el estudio de la genética de cáncer de colon.
En conversación con 13.cl, la académica explicó que la genética es muy importante en la batalla contra el cáncer porque "es el estudio de la herencia de los genes y cómo hemos visto a lo largo de los años, el cáncer se da en familias, también se da en casos aislados, pero eso no quiere decir que realmente no sean hereditarios".
"Es importante estudiar la genética para saber cómo se hereda, cuáles son los genes que tienen mutaciones, porque los genes son buenos, todos los genes que nosotros tenemos nos ayudan en la vida, pero a veces cuando estos genes tienen cambios, alteraciones, que crean una mala función del gen, es lo que puede gatillar un cáncer en el aumento de la división celular", comentó.
Respecto a la prevención que otorga el estudio de genes, Pilar argumentó que "cuando puedes dar esta información y está la posibilidad de que a su sobrina, hijas, nosotros le hagamos este estudio genético y si tienen la mutación, empiecen a cuidarse desde los 25 años con mamografías y estudios. Si es que llega a aparecer cáncer, va a ser absolutamente otro pronóstico".
Asimismo, la genetista dijo que en el cáncer de mamas y ovarios hay dos genes cuyas mutaciones dan alto riesgo: BRCA1 Y BRCA 2. "Estos dan cuenta del 20% de los casos de cáncer de mama hereditarios", consignó.
A raíz de esto, Pilar explicó que Chile tiene casos muy especiales, ya que sus genes están muy aislados porque no se recibieron grandes migraciones. "Hoy tenemos 9 mutaciones de BRCA1 Y BRCA2 que son chilenas y son fundadoras de la población. Cuando yo las estudio, dan cuenta del 80% de los casos con mutación, no de todas las pacientes", recalcó.
Respecto a cómo la migración puede afectar o modificar la genética chilena ya estudiada, la profesional es tajante: "Cuando hablamos de modificar la estructura genética de una población primero deben pasar unas seis, siete generaciones. Estas olas grandes de venezolanos, peruanos, no llevan más de una generación y para modificar la estructura genética o que estas 9 mutaciones desaparezcan, falta mucho".