En Bienvenidos revisamos el caso de los menores del Sename que escaparon de un centro en Machalí, los cuales fueron evacuados por denuncias de malos tratos.
Sin zapatos, semidesnudos y en malas condiciones sanitarias, así se encontraban nueve niños que huyeron la noche de este domingo de un centro del Sename ubicado en Macahlí, en la región de O’Higgins.
Una vecina cercana al recinto dio cuenta de un grupo de niños de entre 7 y 12 años que vagaba en una plaza ubicada a cinco cuadras de la residencia donde estaban internados estos menores. Todos ellos en malas condiciones y muy preocupados de huir de sus cuidadores, a quienes acusaban de maltratos.
Si bien siete de los niños fueron entregados a la policía, una de las vecinas decidió devolver a dos de ellos con su madre, quien habría perdido el cuidado de los menores debido a problemas físicos y mentales por los que atravesaba, pero de los que asegura estar en fase de recuperación.
“Los niños todos cochinos, con piojos, todos sucios, zapatos rotos ¿Por qué? Si mis hijos nunca han estado así. Yo reclamé, pero ellos no dicen nada”, afirmó la mujer.
Vecinos de la residencia, administrada por la fundación María Ayuda colaboradora del Sename, aseguran que escapes y manifestaciones serían una constante, ante la falta de contención emocional que viven estos niños y jóvenes en el centro.
“Esto es algo que pasa todos los días, ahora se ha visibilizado más, pero pasa siempre. Se esconden, gritan que les pegan. Es siempre lo mismo, se arrancan, piden plata, pero siempre los vuelven a agarrar y los meten adentro”, señaló una de las vecinas del lugar.
Asimismo, otra de las habitantes del sector, asegura que ha presenciado los maltratados y que los menores acusan ser anestesiados para tranquilizarlos.
“Constaté en el lugar los hechos que estaban denunciando. Cuando llegue al lugar los niños ya estaban en el furgón policial (…) no hubo ninguna intención de parte de este centro de llevarles ropa y protegerlos. Todo se hizo mal”, señaló el alcalde de Machalí, Gonzalo López.
No es primera vez que la institución se ve cuestionada por las circunstancias en que niños y niñas viven y se desarrollan en los centros, más aún cuando los escapes se han convertido en casi un objetivo para los menores que viven esa realidad. De hecho, entre 2010 y 2019 se registraron 4.360 abandonos desde las residencias de protección dispuestas a lo largo de Chile.
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