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Mirsa Ojeda fue atacada con un hacha y teme que su agresor quede en libertad

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Se trata de Mirsa Ojeda, una mujer que sufrió un violento ataque con un hacha por parte de un vecino, todo por negarse a besarlo.

Mirsa Ojeda

El hecho sucedió el 25 de mayo del 2019, el día que marca un antes y un después en la vida de Mirsa, cuando fue atacada con un hacha por un vecino.

El autor de los hechos, José Zúñiga Argel, quedó en prisión preventiva durante el periodo de la investigación, luego pudo apelar a seguir con la medida cautelar desde su casa, pero poco después la medida fue revocada y debió regresar a prisión.

José Zuñiga

Sin embargo, para Mirsa Ojeda el temor a que en cualquier momento salga en libertad la atormenta, lo que ella quiere es que José se mantenga encerrado y “que pague muchos años, que pague lo que tenga que pagar pero que se aun juicio justo, que vea todo lo que trajo, lo que arrastró él al hacerme el daño que me hizo.”

¿Cómo fue el ataque que sufrió Mirsa Ojeda?

La mujer recordó cómo conoció a José Zúñiga “me buscaba por redes sociales, si lo encontraba en la calle me hablaba, siempre estuvo como acechando. Siempre le dije que si hablábamos era como amigos no más, era para tener una amistad, nunca fue para algo más que eso y siempre se lo dejé bien en claro.”

Mirsa nos contó que un día viernes el sujeto le dijo que lo invitara a su casa para compartir, ella lo consultó con sus hijos y aceptó invitarlo, José llegó a eso de las 21 horas con algunas cosas para comer y compartió con sus hijos, los niños se fueron a dormir cerca de las 11 de la noche.

Mirsa Ojeda

“Cuando quedamos solos él intento propasarse, besarme, abrazarme, agarrarme fuerte de los brazos así que yo le dije que se vaya mejor porque no me está gustando su manera de actuar” declaró la joven.

José se fue esa noche, pero no imaginó que regresaría unas horas más tarde junto a su sobrino de 17 años, luego eso ella no recuerda nada más.

“Me desperté en el suelo boca abajo y bañada en sangre, el piso era sangre, yo no entendía nada, no sabía que estaba pasando.”

Cuando logró despertar, Mirsa Ojeda, atinó a llamar a su hijo de 11 años para pedirle ayuda, él llegó la vio y le dijo - “qué le pasó, qué le hicieron… mami mire su mano”- exclamó el menor, - “yo miro mi mano y tenía un dedo colgando y el otro estaba en el suelo”- dijo la mujer.

Mirsa Ojeda

Mirsa Ojeda terminó con la amputación de dos dedos de la mano, fracturas en dos de sus vértebras y cráneo, además del trastorno psicológico y el miedo constante de que su agresor quede en libertad.

“Yo no me puedo mirar al espejo, porque yo ya no soy la misma, con los medicamentos subí de peso, tengo el pelo corto, hasta para mis hijos ha sido super fuerte el verme así, yo me quedé pegada ahí, no puedo yo estoy con psiquiatra, psicólogo y ....no hay vuelta atrás.” 

 

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