Miembros de la secta de Colliguay se encuentran en libertad
- Por: Coni González
En Bienvenidos conocimos los antecedentes y secretos que escondía la secta de Colliguay, donde sus integrantes sacrificaron a un bebé y hoy están en libertad.
Natalia Guerra, debía cumplir condena hasta el 12 de diciembre del 2021 tras ser condenada como autora del parricidio de su hijo que tenía solo dos días de nacido. La mujer era la última integrante de la secta de Colliguay que se mantenía en la cárcel, pero hoy se encuentra en libertad tras ser beneficiada por la justicia con "libertad previsional".
En total fueron siete los integrantes de la secta que fueron culpados por el horrendo ritual que terminó con la vida del recién nacido, quien fue quemado en una hoguera.
Los secretos de la secta de "Antares de la Luz"
La secta de Colliguay, liderada de por Antares de la Luz es una de las últimas conocidas públicamente en el país, Ramón Castillo Gaete, el líder, era un joven músico que comenzó a experimentar en rituales de sanación y, tras el consumo de ayahuasca, dijo haber descubierto ser la reencarnación de Dios en la Tierra.
Antares fue reuniendo adeptos con la intención de manipularlos y convencerlos de que a su lado se salvarían del fin del mundo, el que aseguraba que ocurriría el 21 de diciembre del 2012. Este hombre fue avanzando en el liderazgo de su secta, lo que lo llevó a abusar sexualmente de las mujeres del grupo en supuestos rituales de "purificación".
El macabro crimen del menor ocurrió en noviembre del 2012, un mes antes del supuesto fin del mundo anunciado por Ramón Castillo. Como esto nunca ocurrió, una cercana al grupo decidió denunciar a la policía el sacrificio del lactante.
Tras esto se inició una investigación que terminó con los integrantes de la secta detenidos en distintos puntos de Santiago y del país. En paralelo, Ramón Castillo logró huir al Cusco, Perú, donde se suicidó tras una intrincada cacería policial que se ejercía en torno a su figura.
En tanto, el Ministerio Público acusó a los detenidos de ser autores y encubridores de la muerte del recién nacido, hijo de Natalia Guerra y Antares, y cuyo nombre quedó escrito en un acta de una clínica de Reñaca como Jesús.
Fueron pocas horas las que estuvo en el recinto médico, ya que la orden de Antares era llevar al niño a la parcela en Colliguay donde se desarrolló el macabro sacrificio del menor.