Un equipo de Bienvenidos acompañó a la doctora Carolina Herrera en su labor diaria contra el coronavirus. Ella es intensivista y broncopulmonar en el Hospital Clínico de la FACh, lugar hasta donde llegamos para captar cómo es el arduo trabajo en la UCI.
A las 8.30 AM comienza el viaje de la profesional rumbo al recinto asistencial, en un turno que dura 24 horas. Allí nos mostró de qué manera asiste a las personas infectadas.
“Requiere uso de gorro, una pechera con mangas, mascarillas. Para los pacientes como ellos nosotros usamos una mascarilla que se llama N95 que tiene propiedades de defensa bacteriológica mucha más intensa”
También conversamos con sus compañeros de trabajo.
“Los pacientes en general tienen un perfil de comportamiento que es súper variable. Hay unos que son fáciles de conectar a ventilación mecánica, que estén harto tiempo adecuadamente ventilados, y en dos segundos pueden tener descompensaciones bastante graves. La situación es bastante compleja”, nos relató Tomás Maiza, internista residente UCI.
Una de las mayores penas a nivel personal de la doctora Herrera durante de esta pandemia, ha sido el no poder ver a su madre. Sin embargo, destacó el comenzar a valorar situaciones más cotidianas, como el almorzar todos juntos.
“Creo que uno tenía todo para ser feliz ahí en la casa, no necesitabas salir a ninguna parte, solo necesitabas un minuto para darte cuenta que toda tu vida estaba ahí, en las cosas simples”, indicó emocionada.
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