En Aquí Somos Todos, Ángeles Araya vivió en persona el difícil trabajo UCI en plena pandemia.
Durante las últimas semanas se ha registrado un constante aumento en la cifra de contagios por coronavirus, lo que preocupa a las autoridades antes el posible colapso del sistema de salud, por lo que se han endurecido las medidas de restricción.
Asimismo, el personal de salud enfrenta consecuencias tanto físicas como mentales al tener que enfrentar esta crisis sanitaria. Según datos entregados por el Minsal, los problemas de salud en estos ámbitos han aumentado en un 21%, lo que también significa una baja en el personal capacitado para el tratamiento de pacientes Covid, ya que un 28% de ellos se encuentra con licencia médica.
En Aquí Somos Todos, en el Día Mundial de la Salud, quisimos conocer la realidad del trabajo que día a día realizan los trabajadores de la salud. Por esto, Ángeles Araya llegó hasta uno de estos centros para conversar con su personal.
Sebastián Bravo, jefe UCI Red de Salud UC Christus, se refirió a la capacidad que tienen tanto para recibir pacientes como para dar abasto con los trabajadores diciendo que “tal como reconvertimos camas, reconvertimos personal”.
“Lo que hacemos es buscar gente que trabaja en otras áreas, hacer capacitaciones, haciendo upgrade, gente que trabaja en áreas de menor complejidad, capacitarlos para subir a mediana y la de mediana sube a alta”, explicó.
Ángeles conoció la historia de Gladys Gajardo, enfermera de 39 años que dejó su trabajo administrativo en el hospital para trabajar en la UCI.
Gladys destacó a la importancia de la cercanía que se tiene con los pacientes. Además, se refirió a la iniciativa que permite que sus familiares se comuniquen con los internados a través de videollamadas.
“En este momento en la institución no hay visitas para ningún paciente, Covid o no Covid, entonces la única forma que tiene la familia de acercarse al paciente es a través de las tecnologías”, afirmó.
Por otro lado, habló sobre la dificultad de aceptar cuando un paciente no se va a mejorar y pierde la batalla contra este peligroso virus. “Es fuerte, porque queremos que los pacientes salgan, que se reencuentren con la familia y en eso está el equipo día a día, pero también sabemos bajar los brazos cuando se pierde la batalla, porque hay muchas veces que, con toda la ciencia, uno no puede hacer nada más”, aseguró.
Asimismo, comentó que junto a su equipo organizan intervenciones musicales, con el fin de darles un momento de alegría a quienes se encuentran de gravedad.
Eduardo Kattan es anestesiólogo y también destaca como guitarrista en estos momentos, aseguró que “para nosotros es una forma de conectarnos con los pacientes y suplir en parte esta soledad”.
A pesar de esto, asegura que “estamos cansados, estamos sobrepasados, cada uno de los casos no nos deja de impactar, no nos deja de conmover, pero, por otro lado, estamos bien unidos, estamos con la moral alta y con ganas de poner el hombro y echar adelante”.
Punto que es ratificado por Gladys, quien dice que “eso es lo importante y eso es lo que a uno le hace sentir bien y tener ganas de trabajar, porque uno viene acá y está con la familia”.
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