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Sus vecinos agradecen la iniciativa

Conocimos el gran esfuerzo de una olla común de Los Andes

  • Por: Ariel Araya
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En este capítulo de Aquí Somos Todos nos activamos por una nueva causa, esta vez focalizamos nuestro compromiso con una olla común de la ciudad de Los Andes, en la Región de Valparaíso.

Todo comenzó luego de que tres estudiantes de técnico en trabajo social -Hilda, Kathleen y Carolina- se cautivaran por una olla común realizada por la Junta de Vecinos de la Villa Altos Aconcagua, y se dieran cuenta que el gran esfuerzo de las mujeres que allí trabajan a veces no es suficiente para cubrir las necesidades de toda esa población. Por ese motivo, de inmediato se contactaron con nosotros para que nos activáramos por esta iniciativa.

Yeissy González, la creadora de esta olla común, nos contó que llevan nueves meses trabajando para alimentar a las familias de su villa, que cuenta con 740 habitantes aproximadamente. Una de las principales características de su olla común son sus estrictas medidas sanitarias, ya que le toman la temperatura a todo aquel que ingrese a la Junta de Vecinos a retirar su plato de comida.

“Yo creo que nosotros tenemos que fiarnos de la solidaridad que hay entre los vecinos. A mí me llama profundamente la atención que a pesar de las dificultades que ellos tengan, así y todo pueden ayudarse entre sí mismos”, señaló Kathleen, una de las jóvenes que dio a conocer esta olla común, mientras que su compañera Carolina afirmó que “nos tenemos que activar en este caso, porque la población Altos de Aconcagua es la más estigmatizada de la ciudad de Los Andes y por ende necesitan más ayuda”.

Vecinos de Altos de Aconcagua agradecieron olla común

“Desde el primer día que se empezó, yo vengo. Todos los días he venido, porque nosotros necesitamos. Nos apoyan en el diario, en el almuerzo”, señaló una de las vecinas, que se mostró agradecida por esta iniciativa. Lo mismo opinó una adulta mayor que también almuerza en el lugar: “Yo vengo desde que empezó la olla común. Y estoy muy agradecida porque en los altos y en los bajos, a mí me apoyan en todo”, aseguró la mujer.

Pero no sólo eso, también vecinos que colaboran con lo que puedan en esta olla común. Ese es el caso de Miguel Ángel Olmedo, un panadero que de su pequeño local saca algunos panes para aportarlos a la olla común. “Este pancito sale de un pequeño negocio que tengo yo, con harto esfuerzo”, afirmó el vecino, para después finalizar: “Es algo que nace de corazón, de familia.”

 

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