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¿Sentiste alteraciones en tu menstruación?: cómo los efectos de la pandemia impactaron en la ovulación femenina

  • Por: Matías Llanca Muñoz
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El COVID-19 dejó numerosas consecuencias en la salud de las personas de todo el mundo, incluso más allá de las propias de la enfermedad. Ahora están saliendo a la luz el impacto que generó en las mujeres la pandemia, qué las condujo a más estrés y cómo afectó su ovulación

En los dos años de pandemia, muchas mujeres tuvieron que desempeñar funciones complejas, sea como madres, maestras o empleadas a distancia, lo que les impuso no solamente un estrés emocional sino también físico. 

A partir de los estudios científicos realizados por un grupo de trabajo de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver, Canadá, se comprobó que las interrupciones en la vida cotidiana que se produjeron durante los primeros años de pandemia y el estrés generado a partir de la propagación del virus llevaron a una ovulación alterada, con duración o niveles de progesterona reducidos. 

Alteraciones de la ovulación durante la pandemia

En dicho estudio, especialistas lograron detectar incluso en situaciones donde los ciclos menstruales no observaban modificaciones sustanciales. Esta investigación fue la primera en tomar nota de dichas alteraciones de la ovulación sin interrupción del ciclo menstrual durante la pandemia. 

"Es probable que estas alteraciones ovulatorias silenciosas expliquen por qué tantas mujeres que no toman formas hormonales de control de la natalidad informaron haber tenido periodos prematuros o inesperados en los días posteriores a la vacunación contra COVID-19", indicó Jerilynn C. Prior, profesora de endocrinología en la Universidad de Columbia Británica en Vancouver. 

Resultados de la investigación 

Jerilynn Prior y sus colegas compararon dos estudios independientes de diseño similar con 13 años de diferencia: el de ovulación de la menstruación (MOS), que se realizó en un grupo de 301 mujeres entre 2006 y 2008, y el MOS2, que estudió a 112 mujeres durante la pandemia. Ambos incluyeron mujeres menstruantes de 19 a 35 años de edad, que no tomaban anticonceptivos hormonales sistémicos o combinados.

“Casi dos de cada tres mujeres que participaron en el estudio durante la COVID-19 no ovulaban con normalidad", comenzó explicado Prior. "Hubo mujeres en las que se liberó un óvulo sin tiempo suficiente desde la ovulación para que ocurriera el embarazo, o anovulación, lo que significa que no se liberó ningún óvulo”, detalló. 

En comparación, el estudio de MOS encontró que solo el 10 por ciento de las mujeres experimentaron trastornos de la ovulación. Los estudios MOS2 y MOS mostraron pesos corporales, valores de índice de masa corporal y ciclos menstruales y longitudes de flujo similares. Por lo tanto, las mujeres en MOS2 no experimentaron signos evidentes de alteración reproductiva.

Los análisis del diario del ciclo menstrual para MOS2 que llevaron las participantes de la investigación mostraron un aumento significativo de la ansiedad, la depresión, la frustración (estados de ánimo negativos en general), el estrés externo percibido, los problemas para dormir y los dolores de cabeza en comparación con MOS.

De tal manera, al comparar los dos estudios, "podemos inferir que las alteraciones de la vida pandémica del COVID-19 causan trastornos ovulatorios silenciosos dentro de los ciclos mentruales en su mayoría regulares, lo que proporciona un experimento único sin precedentes de la naturaleza", concluyó Pior. 

El estrés como gran detonante 

El año pasado, una encuesta de más de 12.000 mujeres en edad reproductiva en EEUU encontró que 1 de cada 3 había experimentado cambios en sus ciclos y síntomas menstruales durante la pandemia de COVID-19.

Los científicos que estudian en todo el mundo este fenómeno, afirman que los niveles de estrés notablemente más altos que los puntos de referencia prepandémicos podrían estar afectando la menstruación. 

“Esto tiene implicaciones para las mujeres que intentan concebir o que luchan contra la infertilidad”, dijo Shannon M. Malloy, investigadora y asociada de datos de Ovia Health, una empresa de tecnología de salud para mujeres y familias en Boston, durante la presentación del estudio en la reunión 2021 de la Sociedad Estadounidense de Medicina Reproductiva.

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