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La original Mujer Maravilla cumple 72 años: Víctima de abusos sexuales y una vida llena de excesos

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La actriz fue victima en reiteradas ocasiones de abuso sexual mientras encarnaba a La Mujer Maravilla.

Lynda Carter celebra su cumpleaños número 72, y aunque todavía se la recuerda por el icónico personaje de la década de los '70, ha decidido revelar recientemente el calvario que vivió durante su carrera y cómo luchó contra una adicción que la atormentó por más de veinte años.

Cuando su agente la llamó para decirle que había sido seleccionada para protagonizar la serie "La Mujer Maravilla", Lynda tenía solo 24 años y escasos 27 dólares en su cuenta bancaria. Su carrera de actriz parecía haber fracasado, y la noticia del papel fue una sorpresa inesperada. Antes de esto, solo había conseguido pequeños papeles en series de televisión.

Su camino en Hollywood comenzó en 1975, tres años después de haber sido coronada Miss Estados Unidos en 1972, un título que creyó que le abriría muchas puertas, pero encontró la mayoría cerradas. Aun así, su estatura, belleza y estado físico la convirtieron en la elección ideal para encarnar a una superheroína.

Lynda no solo aportó su físico, sino también su ingenio al personaje. Propuso una forma creativa para representar la transformación de Diana Prince en la Mujer Maravilla frente a las cámaras, y se negó a utilizar dobles de riesgo en la mayoría de las escenas peligrosas.

El precio de la fama

El estreno de "La Mujer Maravilla" en noviembre de 1975 cambió radicalmente su vida. Se convirtió en un ícono y un modelo a seguir para muchas mujeres, pero tras la fama y las luces, la actriz vivió en un mundo oscuro marcado por abusos sexuales y el alcoholismo.

Lynda confesó que durante el rodaje de la serie sufrió abusos sexuales, incluyendo violaciones, y tuvo que enfrentar el acoso y el machismo de algunos hombres en la industria. Sin embargo, por temor a ser ignorada o perder su trabajo, guardó silencio en aquel entonces.

Además, la fama y los problemas personales la llevaron a enfrentar una dura batalla contra el alcoholismo. Su primer matrimonio terminó en parte debido a esta adicción, pero gracias al apoyo de su segundo esposo y sus hijos, logró rehabilitarse y lleva más de veinte años sobria.

Tras finalizar "La Mujer Maravilla", Lynda continuó con su carrera como actriz, pero también siguió otra pasión de su infancia: la música. Lanzó dos álbumes de jazz y blues, demostrando su talento y versatilidad.

A pesar de los altibajos, Lynda Carter sigue siendo recordada como la inmortal Mujer Maravilla y como una mujer fuerte que enfrentó sus demonios y salió adelante. Su historia es un recordatorio de que, incluso detrás de la fama y el éxito, las personas pueden atravesar momentos difíciles y luchar por superarlos.

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