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Julieta Martínez: “Las niñas sienten la necesidad de ser activistas porque le tienen miedo al futuro”

  • Por: Matías Llanca Muñoz
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La embajadora de ONU Mujeres y fundadora de "Tremendas", denuncia que “muchos adultos nos piden constantemente que vivamos nuestra infancia. Para vivir nuestra infancia el sistema tiene que cambiar”.

La joven activista social chilena, Julieta Martínez, tiene como principal carta de presentación ser una de las fundadoras de Tremendas, plataforma que tiene como fin visibilizar y unir a jóvenes que usan sus talentos para apoyar causas de impacto social.

A sus tan solo 18 años, es la definición de una vida breve e intensa. Es embajadora de ONU Mujeres y co-fundadora de la Red Internacional de Jóvenes Feministas por la Justicia Climática Interseccional en América Latina y el Caribe. Junto con eso, fue una de las cuatro jóvenes oradoras de la charla "Acción para el empoderamiento climático" en la COP25, realizada en Madrid el año pasado. 

Julieta Martínez: la cara visible de un esfuerzo colectivo 

En conversación con Región F, programa de la Escuela de Comunicaciones y Periodismo de la Universidad Adolfo Ibáñez, con sus medios asociados, Soy Valparaíso y La Estrella, la joven ha reconocido que da escalofríos cuando mencionan los logros que ha alcanzado a su corta edad y se apura en dejar claro que solo es la cara visible de un esfuerzo colectivo.

“Estoy muy en contra del sistema de niña símbolo, y sobre todo en el activismo; esto es un trabajo 100% transversal en conjunto a chicas que ponen tiempo y espacio para poder generar un impacto positivo dentro de sus comunidades”, afirmó. 

Al igual que otras adolescentes del continente, Julieta Martínez participó en proyectos desde pequeña, “lo que demuestra que hay niñas que sienten la necesidad de ser activistas porque le tienen miedo al futuro. Muchos adultos nos piden constantemente que vivamos nuestra infancia. Para vivir nuestra infancia el sistema tiene que cambiar”, sentenció al programa de la UAI. 

La joven relata que trabajando en lugares donde la contaminación ambiental es muy alta, se dio cuenta que las personas no proyectan su adultez en una carrera profesional sino en las enfermedades que puede afectar sus vidas.

“Están pensando "¿qué pasa si me da cáncer de estómago? Porque a mi bisabuelo, abuelo y papá lo tuvieron. Ahora me toca a mí", ejemplificó. 

Género y sustentabilidad

Uno de los principales obstáculos para la toma de conciencia en la sociedad es la falta de sensibilización: “Cuando vemos en la tele que hay 250 mil personas sin acceso a agua potable es terrible, pero se olvida, porque son solo números”, comentó la joven activista. 

Siguiendo esta línea, agregó que si bien le “encanta tener data y estadísticas para entender mejor un problema” es necesario ir más allá, pues “si nos quedamos ahí, no cambia absolutamente nada”.

La activista cree que es fundamental poder humanizar las cifras para avanzar y proponer soluciones: “Si no buscamos la acción inmediata y nos quedamos en que es muy largo y costoso, el sistema nunca va a cambiar. Es una excusa que hemos escuchado antes”, criticó.

Para ello, cree que la interseccionalidad debe estar sobre la mesa porque la desigualdad depende de múltiples variables; factores como la geografía, género, escolaridad, discapacidad, resultan necesarios para entender y cortar el problema de raíz.

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