Mastectomía y cáncer en el embarazo: mujer relata la difícil experiencia
- Por: Paula Muñoz
La periodista brasileña Ana Raquel Meighi relata cómo ha sido vivir una de las situaciones más fuertes que las mujeres podemos enfrentar. Se trata de un cáncer de mama, el que además fue detectado cuando tenía apenas 2 semanas de embarazo.
La mujer de 36 años relata en Vix que cuando era adolescente tuvo un linfoma de Hodgkin, un tipo de cáncer originado en los ganglios del sistema linfático. Sin embargo, se realizó una radioterapia, y no volvió a aparecer la enfermedad.
Eso, hasta años después. En 2014, la mujer se enteró de que estaba embarazada, y cuando fue a control, la doctora le solicitó hacerse un ultrasonido de mama para su control anual por el cáncer que había tenido cuando joven. Allí la doctora se dio cuenta que algo no andaba bien.
Finalmente, fue a ver a un mastólogo, quien le dijo que tenía una pequeña lesión. “Tienes mucha suerte”, le dijo. “Si hubieses pasado todo el embarazo sin saberlo, ese tumor podría haberse vuelto enorme y podrías tener otras partes del cuerpo comprometidas”, agregó el doctor.
“Salí de ahí devastada. Cuando estuve afuera del consultorio, me desahogué, tuve un ataque de llanto. Entré en el auto y no sabía si lloraba, si gritaba o si golpeaba algo. Sentía mucha rabia. No podía ser verdad. Justo en el momento en que me desahogué, se desató un temporal afuera”, contó la mujer.
Mastectomía
Tres días después se realizó una biopsia y una mamografía. “Fue horrible, porque mis pechos estaban hipersensibles por el embarazo y yo lloraba de dolor”, explicó.
“Entre un examen y otro, estuve en la sala de espera con otras tres mujeres embarazadas. Yo las miraba y sentía tanta rabia, porque esas mujeres estaban ahí para controlar el desarrollo del bebé y yo solo quería eso para mí”, señaló.
Finalmente, le indicaron que había un 99% de probabilidades de que tuviera cáncer de mama y que su única opción sería realizarse una mastectomía. Aunque la cirugía salió bien y el bebé estaba en perfectas condiciones, la operación impactó a Ana.
“Días después de la cirugía, todavía no había visto cómo estaba mi cuerpo. Estuve unos 15 días con el drenaje. Miraba eso y me daban ganas de vomitar”, señaló.
“El día que me saqué los vendajes, pasé frente al espejo y me vi sin la mama. Fue ahí que dejé de pensar en el embarazo, en la bebé, en mi madre, y pensé en mí. Fue cuando me vi como una mujer que había sufrido una mastectomía, que ya no tenía el pecho. Fue cuando me di cuenta”, dijo Ana.
Quimioterapia
A los seis meses de embarazo, comenzó con el tratamiento de quimioterapia. La joven relata cómo fue descubrir en su baby shower que se le estaba cayendo el pelo.
“Pasó la primera semana después de la quimio y no se me había caído ni un pelo. En la segunda, nada. Entonces, en la semana de mi baby shower, un día fui a bañarme, pasé la mano por mi cabeza y cayó un mechón. No quería creerlo. Me desesperé", dijo.
“Al día siguiente (del baby shower), fui a ducharme y el pelo se me cayó de la cabeza. El piso del baño quedó tapado y yo quedé en shock al mirarme en el espejo, porque no me sentía enferma. Y cuando me vi de esa manera, me vi enferma. Me puse muy mal”, relató.
Luego de eso, su peluquera la rapó, y su hermana mayor realizó un hermoso gesto por ella: “Bueno, está todo muy lindo, pero ahora me toca a mí”, le dijo, para luego raparse ella misma.
“Yo le dije que no necesitaba raparse, pero ella me dijo que me amaba y que no iba a dejarme pasar sola por eso. Fue una de las declaraciones de amor más nobles que recibí en mi vida”, contó.
Nacimiento de su hija
Finalmente, su hija nació un 26 de agosto totalmente sana. “Cecilia llegó y fue una mezcla de alegría, victoria, alivio, agradecimiento. Llegó con todo, llorando, sin ningún problema, toda perfectita”, contó.
Ana, por su parte, siguió con el tratamiento. Se hace un seguimiento cada tres meses y toma sus medicamentos. Además, se realizó una mastectomía en la otra mama.
“Era por ella (su hija) que yo seguía adelante, que yo enfrentaba todo. Para que ella tuviera el derecho de tener una madre que la cuidase. Nunca pasó por mi cabeza interrumpir el embarazo. A veces, miro para atrás y pienso: ¿Todo eso me pasó a mí?", reflexiona.