¡Que no te engañe San Valentín! Las relaciones no tienen que ser perfectas, sino sanas
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La psicóloga clínica especialista en psicoterapia femenina y temáticas de género, Paula Hormazábal, aborda los peligros de romantizar San Valentín.
Los mitos del amor romántico toman fuerza en la fecha de San Valentín, llenando de expectativas las relaciones o en algunos casos asignándole a este día el poder de solucionar problemas que no se han abordado durante el año.
“El amor todo lo puede”, es una de las consignas utilizadas que mejor describen el poder que se le da al amor por sí solo para sostener un vínculo, con esto dejamos fuera factores tales como la confianza, el respeto y el compromiso que son claves para lograr sentirse bien en una relación. Esta creencia sólo esconde el derecho que sienten algunas personas de tener comportamientos dañinos, violentos o abusivos hacia la pareja, que socavan muchas veces su dignidad personal.
Otra frase muy usada en esta fecha de San Valentín es que “el amor verdadero aguanta y perdona todo”, en esta creencia se esconde el chantaje y el cuestionamiento de los sentimientos verdaderos de una persona hacia otra, condicionando a cumplir ciertos requerimientos o a aguantar ciertas situaciones porque serían parte del amor, cuando en realidad nos estamos sometiendo a la manipulación, a validar en una dinámica relacional compleja en términos psicológicos y a perdonar acciones que nos retraumatizan y que son imperdonables, poniendo en riesgo nuestra salud mental y emocional, así como también nuestra integridad física.
Evaluar las relaciones antes de entregarse al romanticismo
Con eso no quiero convertirme en la saboteadora de San Valentín, pero sí hago un llamado a que si vamos a demostrar cuánto amamos a nuestra pareja en este día, debemos tener en cuenta cómo nos vinculamos durante todo el año, evaluar cómo ha sido nuestra relación, así como también la manera en la que solucionamos los conflictos y las diferencias que en toda relación existen.
Las relaciones de pareja son un constante intercambio, negociaciones y acuerdos que se basan en la cercanía, el deseo de estar junto a otro, tener un proyecto en común, un estilo de vida que se quiere compartir basándose en el respeto a la integridad, la dignidad y por supuesto el amor.
Por lo tanto, adquiere sentido cuidar lo que se recibe tanto como ser conscientes de lo que se entrega, de modo de generar reciprocidad, un componente tan importante para que nuestra relación sea un espacio seguro de satisfacción y comprensión continuamente, no solamente cuando celebramos San Valentín.