Indignante argumento de un terapeuta acusado por abuso sexual: “Fue un masaje profesional de ovarios, no sexo tántrico”
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Durante la semana pasada, salió a la luz una denuncia colectiva por abuso sexual contra un masajista de un centro de estética de Córdoba, Argentina.
La mujer que se atrevió a destapar los terribles hechos, aseguró que fue abusada por Fernando Salinas durante la sesión, después de que este la “dopara” con aceites que la dejaron inconsciente, según informa el sitio TN.
Tras la denuncia, se abrió una investigación a cargo de la fiscal de Instrucción de Delitos contra la Integridad Sexual, Ingrid Vago. Sin embargo, el hecho causó mas indignación cuando se filtró un audio del "masajista".
Indignante justificación
El hombre reconoció a través de un mensaje de voz que le envió a la víctima que la había tocado en sus partes íntimas y también que le había bajado la ropa interior pero intentó defenderse con un absurdo argumento.
El hombre comenzó diciéndole a la víctima "Si vos te sentiste en ese momento incómoda, me lo debiste decir, ¿no? “Mira, ¿sabes qué? No… yo ahí no me voy a bajar nada, tápame” y yo te tapo".
"Te hice todo lo que es el masaje de ovarios. Nunca, jamás te pasé el dedo o te hice eh… ¿Cómo se dice eso? Sexo tántrico", continuó diciendo.
Además, añadió que "Fue solamente masaje todo lo que es la parte de los ovarios para que puedas orinar mejor. Te hice drenaje en las piernas, te hice drenaje en los senos, en el pecho, descontracturación en la columna, cervicales, te tuve que bajar la bombacha para hacer todo lo que es parte de glúteos".
Ola de denuncias
Sin embargo, la indignante justificación de este hombre, solamente causó que saliera a la luz una nueva denuncia contra Fernando, una mujer que afirmó: “Me da mucha impotencia ver a este sujeto desmintiendo todo, eso me impulsó a hacer la denuncia. A mi me ocurrió hace un año, traté de ver la forma y nunca tuve el coraje. Ver a esta chica animarse me impulsó a hablar”.
Al finalizar el relato de su abuso, la mujer se quebró al revelar que Lo que más tristeza me dio fue que me iba y entraba una jovencita de 13 años. Me dio mucha impotencia. La acompañaba su mamá y yo me quedé mirando, me iba a volver a escuchar o ver, pero no pude”.